En los Presupuestos Generales del Estado, las cifras de recaudación del Impuesto sobre la Renta se desglosan en dos categorías. Por un lado, está el IRPF de los ciudadanos residentes en España: en 2015 supondrá ingresos por valor de 71.467 millones de euros y en 2016 llegará a los 75.432 millones. Estamos, pues, ante un repunte de la recaudación equivalente a 3.965 millones.
Por otro lado, nos encontramos también con el Impuesto sobre la Renta que pagan los trabajadores no residentes en nuestro país. En esta categoría también vemos que Hacienda va a experimentar una subida de los ingresos: en 2015, este tributo supondrá 1.711 millones de euros; en 2016, alcanzará los 1.988 millones. El diferencial es de 277 millones.
En total, ciñéndonos al Impuesto sobre la Renta, el crecimiento de los ingresos de Hacienda será de 4.242 millones de euros, según apuntan los Presupuestos Generales del Estado.
Devolver el esfuerzo
Ya que el Gobierno ha defendido sus cuentas para 2016 apelando a la necesidad de "devolver a la sociedad el esfuerzo asumido en los últimos años", ¿tendría sentido repercutir la mejora de la recaudación en una rebaja de los tipos nacionales del IRPF? Montoro señaló el martes en el Congreso, durante la presentación del proyecto presupuestario para 2016, que el Ejecutivo podría aprobar nuevas rebajas en el IRPF si la recuperación continúa, pero lo cierto es que, según los Presupuestos, ya contaría con un amplio margen para reducir la tributación sobre la renta.
Para hacer esta estimación, tomamos como referencia los cálculos divulgados a comienzos de julio, cuando se anunció que un repliegue de 1.500 millones de euros en las tarifas del IRPF inyectaría 12 euros al mes en el bolsillo del trabajador medio.
Pues bien, en el caso de Hacienda apostase por repercutir el aumento de ingresos del IRPF en una nueva rebaja de los tipos de dicho gravamen, y no en un incremento de gastos, que es lo que recogen los Presupuestos de 2016, los contribuyentes españoles verían aumentar su renta mensual en una media de 34 euros, lo que, en términos anuales, supondría 408 euros más en el bolsillo de los contribuyentes que pagan IRPF.