Las acciones de la empresa de ingeniería y energía Abengoa se desplomaban este lunes un 23% en bolsa en torno a las 12.30 horas, tras anunciar una ampliación de capital y un plan de desinversiones para el grupo, que se suman a la rebaja de previsiones de ingresos avanzada el pasado viernes.
A las 12.30 horas, las acciones clase B de Abengoa -las más líquidas- se intercambiaban a 1,57 euros, un precio que se sitúa un 22,96 % por debajo del cierre del viernes. Esta caída modera la de primera hora de la mañana, cuando llegó a hundirse más de un 30 %.
Los analistas consultados por Efe han achacado este comportamiento del valor al "castigo" asociado a la ampliación de capital, que el mercado interpreta como un efecto dilutivo para los actuales accionistas. Abengoa ha anunciado que lanzará una ampliación de capital por un importe de 650 millones de euros, que tendrá que ser ratificada en una junta de accionistas extraordinaria, y que ya cuenta con el apoyo del principal accionista del grupo, Inversión Corporativa. Los fondos se dedicarán a reducir deuda -por un importe de 300 millones de euros- y a reforzar los fondos propios.
Asimismo, la empresa ha puesto en marcha un nuevo plan de desinversiones por un total de 500 millones de euros, que incluyen los 400 millones ya anunciados el pasado viernes, así como desinversiones adicionales de activos de bioenergía. Estos planes, relacionados con las mayores necesidades de inversión del grupo para afrontar proyectos singulares, se completarán con la revisión del plan estratégico que prevé analizar hoy su consejo de administración.
El analista de XTB Jaime Díez considera que "lo que está pasando es razonable" tras anunciar una ampliación de capital "de este calado". "Lo normal es que las acciones bajen, que se ajusten a la valoración de la ampliación", ya que esta operación diluye a los accionistas actuales, ha apuntado.
Al margen de la ampliación, Díez reconoce que "evidentemente la compañía está pasando por situaciones negativas", lo que le ha llevado a rebajar sus previsiones de ingresos y a anunciar desinversiones. Sin embargo, advierte de que, pese a la caída a corto plazo, "a medio y largo plazo son pasos positivos para la compañía", ya que "cualquier medida de este calado es importante porque apunta a una mayor sostenibilidad" del grupo.
De la misma manera, la responsable de análisis de Self Bank Victoria Torre explica que "cuando se anuncia una ampliación de capital de estas características el mercado en ocasiones lo entiende como un efecto dilutivo y tiene un impacto negativo" en la cotización. Este efecto, unido a los resultados semestrales y a la rebaja de previsiones, han lastrado el valor que "se caracteriza por sufrir en ocasiones una volatilidad más alta que la de otras compañías".
La volatilidad en las acciones de Abengoa es habitual en los últimos meses desde que, a finales de 2014, sus títulos se desplomaran ante dudas sobre la clasificación de su deuda que finalmente fueron resueltas. Hace dos semanas, el valor volvió a hundirse, a lo que el nuevo consejero delegado de la compañía, Santiago Seage, respondió con un refuerzo de las garantías de los bonos para evitar la especulación y un adelanto de datos preliminares sobre los resultados.
Finalmente, los resultados semestrales se presentaron una semana después, el viernes 31 de julio, cuando la compañía reportó un beneficio neto de 72 millones, un 5 % más. Ese mismo día, Abengoa rebajó sus previsiones de ingresos y resultado bruto de explotación (ebitda) para el conjunto del ejercicio 2015, así como un plan de desinversiones que hoy mismo se ha visto ampliado.