Mariano Rajoy se ciñó "a los datos" para publicitar con orgullo su gran hito en esta legislatura. "Nunca en la historia económica se había creado tanto empleo en un trimestre", destacó. Los 411.800 empleos de abril a junio le sirvieron tanto para reafirmarse en su hoja de ruta como para alertar de que, sin el PP en el poder, todo podría desmoronarse.
La Moncloa preparó al presidente un acto para lucirse. Quince minutos después de que se conocieran los datos de la EPA, Rajoy aparecía junto a Fátima Báñez, la ministra del ramo, en un foro organizado por el diario La Razón sobre empleo. Ministros y altos cargos del PP les esperaban sonrientes. "El giro de 180 grados no es coyuntural, es estructural", sacó pecho el jefe del Ejecutivo. Si en 2014 se iba "por el buen camino", en 2015 "comprobamos que cada vez lo recorremos más rápido".
A Rajoy no pararon de felicitarle. Él mismo destacó que el empleo ha sido su gran prioridad, y que lo seguirá siendo si logra ganar las elecciones generales. Así, pese a que aún hoy "hay muchas familias pasándolo mal", el optimismo invadió al presidente. "Nuestro mercado de trabajo ha dado un cambio transversal", y fue desgranando los datos que confirman el vuelco, y que benefician prácticamente todos los sectores. La tasa de paro juvenil, enfatizó, ha bajado hasta el 49,2%.
El mejor resumen, a ojos del presidente, es que "hemos pasado de provocar la mitad del paro de Europa a crear la mitad del empleo". En otras palabras, de ser el enfermo de la UE, al borde de la quiebra y del rescate, a convertirse en el ejemplo a seguir para las instituciones comunitarias. Una recuperación "que tiene rostro social" y "nombres y apellidos", según se encargó de remachar Rajoy.
De hecho, si algo pretende conseguir el Ejecutivo es que empiece a calar la idea de que la mejora económica no sólo se aprecia en las cifras macroeconómicas sino, también, en la calle. El PP, en paralelo, ya ha presentado su "ruta" para explicar el reparto de 2.000 millones en cuestiones sociales. "Lo hemos hecho desde el realismo y la humildad", en palabras del presidente, que justició la reforma laboral y avanzó nuevas bajadas de impuestos si lo permite la recaudación y el control del déficit público.
"España va como una moto", dijo una pletórica Fátima Báñez, en conversación informal. Pero toca perseverar. "No son lo mismo unas políticas que otras ni unas ideas que otras", alertó el presidente. Fue la gran advertencia que lanzó al auditorio: la posibilidad de que todo se vaya al traste si el PSOE y las formaciones emergentes -en especial Podemos- se hacen con el poder.
Rajoy justificó su "seriedad" y se puso como reto llegar a los 20 millones de empleos. "Está cada vez más cerca si se evitan las frivolidades", sentenció. Ésa es su prioridad, según aseveró en repetidas ocasiones. "El objetivo está en nuestra mano", añadió, si no se interrumpe la senda. A la salida, de nuevo los elogios y las palmaditas en la espalda.