Mas y Junqueras vuelven a la carga en su desafío secesionista. La lista independentista anunciada esta semana para concurrir a las elecciones catalanas de septiembre tiene como objetivo conseguir la independencia de Cataluña en menos de un año. Y aunque los líderes de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) celebran exultantes su reconciliación y los nuevos planes para su región, el porcentaje de catalanes que quiere seguir siendo parte de España aumenta.
Así lo revela el último sondeo de la propia Generalidad. El pasado mes de julio el barómetro de opinión política del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), el CIS catalán, concluyó que el 50% de los catalanes estaría en contra de la independencia, frente al 42,9% que se posiciona a favor de la secesión. El resto de los encuestados o no lo saben, o no quisieron contestar.
El sondeo también concluye que la independencia ha perdido fuelle respecto a la preocupación de los catalanes por su situación económica. En concreto, el 58,1% de los catalanes acudirá a las urnas dentro de tres meses pensando en la crisis y sólo el 21% lo hará teniendo en cuenta las relaciones con España. Además, el paro es el principal problema para el 60,5% de los encuestados.
Y es que el coste económico de la ruptura de Cataluña con España está ganando protagonismo. Este jueves, convivencia Cívica Catalana ha publicado un estudio sobre las relaciones económicas de la región presidida por Mas y el resto del país.
El motor de Cataluña es el resto de España
La principal conclusión a la que llegan es que el resto de España continúa siendo "con gran diferencia el mercado más importante de ventas de las empresas catalanas, quintuplicando en volumen al siguiente cliente, el francés".
Así, constatan que casi un tercio de todo lo producido por las empresas catalanas (31%) está asociado a las compras del resto de españoles. Este porcentaje de dependencia económica se incrementa en sectores tan relevantes como el comercio (35%), la industria (41%) y la agricultura (45%).
Por categorías de actividad, el estudio afirma que más del 60% de toda la producción papelera de Cataluña va dirigida hacia el resto de España, el 57% de los productos alimenticios, el 56% de los farmacéuticos o el 55% de la edición de libros. En muchos otros sectores de gran relevancia los porcentajes de dependencia del resto de España son muy próximos al 50%, tales como la fabricación de productos textiles (48%), los químicos (48%) o el transporte (46%).
El informe cuantifica la repercusión económica que generan en Cataluña las ventas al resto de España. Por una parte, los beneficios empresariales de las empresas catalanas ascienden a 27.000 millones de euros al año y por otra, las remuneraciones de los 973.000 trabajadores catalanes que generan los ingresos procedentes del resto de España ascienden a 27.171 millones de euros anuales. En total, obtienen 54.000 millones de beneficio, es decir, unos 7.200 euros por catalán y año.
Otra lectura en cuanto al empleo. Los 973.000 puestos de trabajo asociados a las compras del resto de españoles representan un 27% del total del empleo existente en Cataluña. En otras palabras, más de 1 de cada 4 empleos en Cataluña dependen del resto de España.