El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, lo tiene claro. Por mucho que desde diversos círculos de la izquierda se denuncie una conspiración para expulsar a Grecia de la moneda única, lo cierto es que los líderes comunitarios se volcaron desde el primer minuto con el gobierno heleno con el ánimo de evitar el colapso.
En una entrevista con el diario El Mundo, Tusk declara que "nadie quería un Grexit entre los líderes (…). No puedo aceptar este argumento de que alguien ha castigado especialmente a Tsipras o a Grecia. Todo el proceso ha sido para proporcionar asistencia a Grecia. No puedo entenderlo siquiera. ¿Por qué algunos políticos, intelectuales o periodistas dicen que ha habido humillación? (…). Es absurdo". En esta línea, advierte de la "alianza táctica entre la derecha y la izquierda radical" y denuncia una corriente "antieuropea" y "antiliberal".
Desgranando la tensa y larga Eurocumbre en la que se alcanzó el acuerdo para el tercer "rescate", Tusk revela que "los países que abogaban por una salida temporal de Grecia del euro eran mayoría". Esto vendría a desmentir que Alemania estuviese sola a la hora de defender esta solución. En esta línea, el polaco añade que la idea de una salida temporal de la Eurozona "no es nada extravagante, fue una posible alternativa del proceso, no una táctica".
El presidente del Consejo Europeo habla también de Hollande y Obama en su conversación con el periódico español. Sobre el francés, destaca que jugó un papel "activo y de ayuda para moderar la parte emocional"; sobre el estadounidense, apunta entre risas que "su intención es ayudarnos… pero no con dinero".