La situación financiera que atraviesa el país heleno es desoladora. Aunque el Banco Central Europeo ha inyectado 89.000 millones de euros a través de la línea urgente de liquidez (ELA, por sus siglas en inglés), las continuas retiradas de efectivo sumadas a la fuga de capitales han terminado llevando al país a una "vacación bancaria" combinada con un "corralito" que limita notablemente el flujo de capitales.
No obstante, como ya avanzó Libre Mercado, el escenario puede empeorar notablemente en los próximos días. Y es que, haya o no "rescate", la descapitalización que han experimentado las entidades financieras helenas ha puesto encima de la mesa cuatro escenarios que confirman el negro panorama que espera al sector en los próximos meses.
En primer lugar, está el escenario más extremo: aquel en el que los bancos que han caído en una clara situación de insolvencia acaban viéndose obligados a cerrar sus puertas ante la imposibilidad de seguir operando. Hablaríamos, por tanto, de quiebras "controladas" en las que los ahorradores perderían buena parte de su dinero. La agencia Reuters ya ha confirmado que esta posibilidad es real. De hecho, varios medios griegos han ido más allá y, en los últimos días, han apuntado que al menos una de las cuatro grandes entidades financieras del país podría acabar así.
En segundo lugar, se baraja la posibilidad de fusionar bancos para reestructurar el sector de manera efectiva y contundente. En España ya hemos visto que, en cuestión de unos pocos años, un proceso de este tipo ha "borrado" del mapa bancario a decenas de entidades. Está por ver qué modelo de integración seguiría Grecia, pero en Bruselas ya se habla abiertamente de esta vía.
En tercer lugar, también se habla de aplicar "quitas" a los ahorros de los griegos. El Financial Times dejó caer hace algunos días que los depósitos por encima de 8.000 euros sufrirían una merma del 30%. En la memoria de muchos analistas está el caso chipriota, donde el "corralito" bancario también fue de la mano de este tipo de medidas.
En cuarto lugar, cabe la posibilidad de que una parte del eventual tercer "rescate" a Grecia fuese consignada a la recapitalización de los bancos del país mediterráneo. De manera parecida a la observada en España, Bruselas inyectaría dinero para "rescatar" al sistema bancario heleno.