A nadie le hubiera sorprendido la campaña de Tsipras pidiendo el voto por el no al pueblo griego en el referéndum que el mismo convocó, de no ser porque horas antes, envió una carta a Europa en la que aceptaba todas sus condiciones.
Ante está evidente contradicción, el diario Telegraph ha planteado una posible hipótesis: Tsipras no esperaba ganar el referéndum del domingo.
"Él está ahora atrapado y precipitándose hacia Grexit", asegura el diario británico. "Pidió el voto con la intención de perderlo. El plan era aceptar la derrota y entregar las llaves del gobierno dejando a los demás que implementaran el ultimátum de los acreedores internacionales".
El resultado "fue un shock para el gabinete griego", afirma el diario. "El señor Tsipras ya había tomado la decisión de aceptar a las demandas de austeridad", añaden.
La maniobra fallida del Gobierno griego para sortear los reproches de su electorado si Grecia finalmente aplicaba las reformas de Bruselas habría convertido "lo que debería haber sido una celebración el domingo por la noche en un velatorio", dice el periódico. "Tsipras estaba deprimido, atrapado por su éxito", añaden.