El bombazo saltaba por la noche. La propuesta de los acreedores de extender el rescate y desbloquear ayudas equivalentes a 15.000 millones de euros parecía suficiente para calmar las aguas y evitar el colapso griego, pero el Ejecutivo de Syriza lo entendió de manera diferente. Y es que Alexis Tsipras cerró un viernes de alto voltaje convocando un referéndum sobre la oferta de acuerdo que han hecho los acreedores.
"La consulta se realizará el domingo 5 de julio y la pregunta será "SÍ" o "NO" a las últimas propuestas de los acreedores", declaró pasada la medianoche en un mensaje emitido por televisión que estuvo precedido por una reunión de urgencia con su equipo de gobierno.
A lo largo de su alocución, Tsipras se comprometió a respetar "la voluntad del pueblo" y anotó que, ante la situación de colapso que enfrenta su país, pedirá a los acreedores una semana más de plazo, "para que los ciudadanos puedan decidir sin presión".
Como explicó Libre Mercado, Grecia tiene pendiente un pago al FMI que vence el próximo martes 30 de junio. Esa obligación suscrita por Atenas con el grupo de países e instituciones que evitó la quiebra de Grecia ha sido interpretada ahora como un "ultimátum" ante el que Grecia debe responder "enviando un mensaje de democracia a Europa".
¿Y ahora qué?
De entrada, Tsipras ha informado ya a los líderes europeos de esta decisión. Merkel, Hollande, Draghi... se enteraron antes que los propios ciudadanos griegos. Con independencia de lo que ocurra en Bruselas, el gobierno de Syriza se va a enfrentar a unos días de vértigo si quiere que su referéndum salga adelante.
De entrada, en la mañana del sábado 27 de junio se ha convocado una reunión extraordinaria del Parlamento así como una reunión de urgencia en la que dos altos cargos del gobierno se verán con el presidente del BCE, Mario Draghi.
Lo que ha rechazado Draghi
La propuesta de las instituciones proponía a Grecia extender el segundo rescate a cambio de recibir unos 15.500 millones de euros que le permitiesen hacer frente a sus obligaciones financieras con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE).
En concreto, Grecia podría contar con unos 12.000 millones de euros, de los que 1.800 millones de euros provendrían del fondo de rescate de la eurozona, otros 1.800 millones de los beneficios de los bonos griegos y unos 8.700 millones de euros de la reserva de la eurozona para la recapitalización de la banca griega. Además, el FMI desembolsaría unos 3.500 millones de euros.