Las reacciones al anuncio de un referéndum por parte del gobierno de Syriza no se han hecho esperar. De entrada, no faltan quienes recuerdan que Grecia puede entrar en una situación de quiebra soberana el martes 30 de junio, por lo que una consulta celebrada el 5 de julio llegaría después de que el país haya entrado en barrena.
Así se han expresado comentaristas, políticos y expertos varios en las últimas horas. Quizá el más destacado es Tom Nuttall, el columnista estrella de la revista The Economist. El encargado de la sección Charlemagne también ha apuntado que un alto dirigente de la Eurozona le ha confirmado que, después de lo que ha hecho Alexis Tsipras, la propuesta de prolongar el rescate va a ser retirada.
Otra voz autorizada en la materia es Yannis Koutsomitis. En su cuenta de Twitter, el periodista griego recordó que "un referéndum solamente tiene sentido si hay algo sobre lo que votar, en este caso sería una propuesta de extensión del rescate, pero eso expira el martes". A esto añadió que "la Constitución de Grecia no permite referéndums para asuntos fiscales".
Koutsomitis también habló en 140 caracteres sobre la postura que adoptarán las instituciones europeas ante lo ocurrido. Al igual que apuntaba Tom Nuttall, sus fuentes advierten que se retirará la oferta de una prórroga en el rescate. De hecho, también subraya que Bruselas está dispuesta a hablar de "corralito" después de lo ocurrido.
En su opinión, el escenario más pesimista pasaría por la combinación de dos acontecimientos: el primero, la retirada formal de la oferta de extensión del rescate; el segundo, la confirmación de que el FMI no recibirá el pago que Grecia debe hacer antes del martes 30 de junio. En este caso, Koutsomitis apunta que Christine Lagarde convocaría una reunión de urgencia y el mecanismo de rescate que ha evitado hasta ahora la quiebra de Grecia terminaría cancelando definitivamente el programa de ayuda financiera al país heleno.
Desde Alemania, las noticias que llegan tampoco son precisamente buenas para el gobierno griego. Casten Schneider, una de las principales figuras del Partido Socialdemócrata teutón, ya se ha pronunciado en contra del escenario que plantea Tsipras, apuntando que el Banco Central Europeo debe cancelar la línea extraordinaria de liquidez concedida a las entidades griegas. El del SPD ha ido más allá y ha anunciado que hay que empezar a hablar de cómo se aplicará el "corralito" en los bancos helenos. Por último, pidió a Atenas que defina de una vez "si está dentro o fuera".
¿Y si finalmente se realiza la consulta? Por un lado, están quienes defienden en Bruselas que la pregunta no sea un "sí" o "no" sobre la propuesta de rescate, sino una elección "entre el euro o el dracma". El vicecanciller alemán Sigmar Gabriel, también del SPD, ha insistido en que, si se diese una consulta, la clave sería la forma en que se plantean las cosas a los ciudadanos. "Europa está ofreciendo mucho a Grecia", recordó el socialdemócrata germano.
Mientras tanto, el polémico ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, echaba más leña al fuego y, a través de su cuenta de Twitter, apuntaba anoche que "el euro necesitaba un "chute" de democracia y acabamos de dárselo. Dejemos que la gente decida. Es gracioso que se diga que esto es algo radical".
Democracy deserved a boost in euro-related matters. We just delivered it. Let the people decide. (Funny how radical this concept sounds!)
— Yanis Varoufakis (@yanisvaroufakis) junio 26, 2015