La tensión entre Grecia y sus acreedores se eleva por momentos, tal y como escenifican las últimas declaraciones públicas que se han lanzado los unos a los otros. El primer ministro heleno, Alexis Tsipras, protagonizó el martes un durísimo discurso ante su grupo parlamentario en el que, entre otra perlas, acusó a la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) de presentar un "plan para humillar al pueblo griego".
De hecho, el líder del Ejecutivo acusó al FMI de tener una responsabilidad "criminal" en el estado de la economía griega tras cinco años de austeridad. "Europa debe decidir si quiere una solución que asegure el futuro de Grecia y de la eurozona, o si quiere humillar al pueblo griego", dijo Tsipras, desafiante.
"Ya es hora de que los socios decidan y digan si quieren una solución o no. Y si quieren que el FMI participe en la solución, ¿por qué aceptan sus medidas, pero no la quita de la deuda?", se preguntó. "La verdadera negociación empieza ahora", advirtió Tsipras.
Los socios de Merkel responden
Mientras, los socios políticos de la canciller germana, Angela Merkel, ha señalado que los políticos de Atenas están actuando como "payasos" en las negociaciones, tras afirmar que Tsipras no ha comprendido la gravedad de la situación.
Andreas Scheuer, miembro del parlamento alemán y secretario general de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), un partido que forma parte de la coalición que respalda a Merkel, ha señalado que los griegos "se están comportando como payasos que se sientan al fondo de la clase, a pesar de que han recibido advertencias explícitas de que podrían bajar de curso", en una clara referencia a la posibilidad de que Grecia abandone el euro.
Una advertencia que, por cierto, respalda abiertamente la población germana, principal acreedor de Grecia. La mayoría de los alemanes es partidaria de la salida de Grecia de la zona euro ante la persistente situación de crisis del país y la amenaza de que caiga en la insolvencia, según una encuesta difundida este miércoles por el instituto demoscópico You-Gov.
El 58% considera que Grecia debería abandonar la moneda única y apenas un 28% se pronuncia en sentido contrario, mientras que un 14% no tiene una opinión clara al respecto. La proporción de los partidarios de la salida del euro del país heleno es ligeramente superior a la reflejada en el anterior sondeo de ese instituto, correspondiente a mayo, ya que entonces se pronunció a favor un 53%, frente al 30% en sentido contrario.
En marzo se había alcanzado una cifra récord de los favorables al adiós de Grecia, con un 59%, frente al 23% de sus detractores. La opinión de los que creen que efectivamente Grecia acabará abandonando la zona euro es asimismo mayoritaria: un 49% lo ve como "probable", mientras que en el sentido contrario se pronuncia un 41%.
Desde el Gobierno alemán se insiste en que se trabaja para que Grecia siga formando parte del euro y la propia canciller Angela Merkel se ha pronunciado repetidamente en esta dirección, aunque matizando que ello depende en buena parte de Atenas.
El martes, la canciller reiteró que todo depende de que se llegue a un acuerdo entre Grecia y las tres instituciones acreedoras y dijo que la atención estaba ahora centrada en la próxima reunión de ministros de Finanzas del eurogrupo, este jueves. Merkel insistió que es preciso que Grecia haga las reformas que se esperan y que las instituciones que antes formaban la troika hagan un balance positivo de las mismas.
Interrogada acerca de un posible Plan B, destinado a paliar las consecuencias de una salida de Grecia del euro, Merkel dijo que ella concentraba todas sus energías en ayudar a que Grecia llegue a un acuerdo con las instituciones. La canciller ha defendido reiteradamente este parecer, por encima de las presiones dentro de sus propias filas, donde se han ido sucediendo las opiniones apuntando al llamado "Grexit".