Enorme revuelo el que ha levantado el discurso de Cristina Fernández de Kirchner ante la FAO. En su intervención ante la oficina de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, la presidenta argentina afirmó que la tasa de pobreza de su país no llega al 5%.
De acuerdo con esta afirmación, y cruzando el dato que ofreció Kirchner con los estudios de la OCDE, Argentina tendría una tasa de pobreza más baja que la registrada en Suiza, Noruega, Finlandia o Dinamarca.
¿Es esto posible? ¿De verdad Argentina goza de una situación de bienestar y desarrollo socioeconómico superior a la que nos encontramos en los países más ricos del mundo? La clave está en la "cocina" estadística perpetrada día a día por el gobierno de Kirchner.
La revista The Economist ya advirtió en su día que la fiabilidad de las estadísticas elaboradas por el Ejecutivo argentino es nula, motivo por el cual la publicación británica dejó de hacerse eco de las mismas. Un buen ejemplo del descuadre entre la realidad y lo que cuenta el gobierno lo tenemos en la tasa de inflación, estimada en el 31% por la mayoría de analistas pero rebajada al 16% en las tablas del gobierno.
La pobreza real afecta al 25% de los argentinos
En el caso de la pobreza, la situación es aún peor, ya que desde 2013 no se han publicado nuevos datos oficiales sobre la evolución de la miseria en Argentina. Hasta entonces, las autoridades afirmaban que la tasa en cuestión se movía en niveles del 5%.
Sin embargo, la mayoría de estudios independientes sobre esta cuestión apuntan que la incidencia de la pobreza es cinco veces mayor, afectando a casi diez millones de personas. Esto se traduce en que uno de cada cuatro argentinos vive bajo el umbral de la pobreza.
Esta cifra, publicada para 2014, supondría un aumento frente al 20,7% de 2013. Más grande aún sería el diferencial si nos fijamos en 2011, ya que los cálculos publicados entonces hablaban de una tasa de pobreza del 18,2%.