Los socios europeos del G7 reconocieron hoy ante los lideres de EEUU, Japón y Canadá que no hay todavía solución para la crisis griega, dejando patente los desencuentros entre Atenas y sus acreedores en la primera jornada de la cumbre, organizada en el palacio bávaro de Elmau.
La anfitriona, Angela Merkel, tenía asumido que Atenas centraría parte de los debates en una cumbre que comenzó con una agenda eminentemente económica, antes de pasar a debatir en una cena de trabajo la crisis de Ucrania y la guerra en Siria.
Según explicó en una entrevista con la cadena pública de televisión alemana ZDF, ella y el presidente francés, François Hollande, expusieron sus opiniones sobre Grecia, tras hablar ayer por la noche por teléfono con el primer ministro heleno, Alexis Tsipras. "No podemos decir aún que el problema esté resuelto", reconoció Merkel, quien se comprometió no obstante a seguir trabajando con "énfasis" para lograrlo.
Preguntada por si han dejado claro a los líderes no europeos, como el presidente estadounidense, Barack Obama, que Grecia no abandonará la zona euro, la canciller defendió el principio europeo de que la "solidaridad" debe ser correspondida con "el esfuerzo propio".
El desencuentro fue patente ya antes de comenzar la cumbre, cuando el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, señaló en una rueda de prensa que aún no había recibido propuesta alternativa de Grecia tras la presentada por los acreedores.
"No tengo un problema personal con Alexis Tsipras, más bien al contrario, ha sido y es mi amigo, pero la amistad para mantenerse tiene que cumplir algunas reglas mínimas", afirmó Juncker.
Mientras, desde Atenas, fuentes del Gobierno griego insistieron en que la propuesta de acuerdo presentada por las instituciones acreedoras "no puede ser aceptada en su totalidad" y defendieron su plan de reformas como "realista y sostenible".
A su juicio, el programa que defienden el Banco Central Europeo, la CE y el Fondo Monetario Internacional -cuya directora gerente, Christine Lagarde, se sumará mañana a la cumbre- contiene medidas inaceptables, como una subida del IVA sobre la factura de la luz de diez puntos porcentuales y el recorte de las pensiones para los jubilados con ingresos más bajos.
El acuerdo sobre las reformas que debe aplicar Atenas es requisito indispensable para poder finalizar la quinta y última revisión del rescate al país y poder acceder a los 7.200 millones de euros que quedan del segundo programa financiero, prolongado en febrero hasta el 30 de junio.
Está previsto que Merkel, Hollande y Tsipras se reúnan de nuevo en Bruselas el miércoles, aprovechando la cumbre de la UE con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Juncker insistió en que una eventual salida de Grecia de la moneda común no es una opción que esté manejando la UE, pero subrayó que para prevenir esa situación "nadie va a poder sacarse un conejo de la chistera".
Tampoco se apreció en esta primera jornada de la cumbre ninguna señal que permita augurar una futura distensión del conflicto con Rusia, por segundo año consecutivo ausente de la reunión debido a su intervención en la crisis ucraniana.
Obama ratificó antes del inicio de la cumbre su apuesta por "hacer frente a la agresión de Rusia en Ucrania" y, tras mantener un encuentro bilateral con Merkel, ambos coincidieron en vincular la duración de las sanciones a Moscú con el pleno cumplimiento de los acuerdos de Minsk y "el respeto a la soberanía ucraniana".
Las sanciones impuestas a Rusia a causa del conflicto en Ucrania, aseguró Merkel, sólo podrán retirarse cuando desaparezca la razón que las causó.
En la misma línea, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, recordó por su parte que el G7 "era hasta hace un año el G8. No es solo un grupo de interés económico, es un foro de países que comparten valores", puntualizó.
La cumbre, rodeada de extraordinarias medidas de seguridad que mantienen alejadas las protestas de los activistas desplazados hasta la región de los Alpes bávaros, continuará mañana con una agenda centrada en la lucha contra el cambio climático, el combate del terrorismo yihadista y el desarrollo.
Se sumarán para ello diversos jefes de Estado y de Gobierno africanos y árabes, así como los responsables de las principales organizaciones internacionales.