A lo largo de la presente crisis económica, los gobiernos de la mayoría de los países de la OCDE han optado por aumentar drásticamente los impuestos aplicados a las rentas altas. Sin embargo, el economista Alan Reynolds ha puesto de manifiesto en un informe para Investor's Business Daily que son precisamente esos casos en los que la evolución del crecimiento ha sido más negativa.
Empecemos por Grecia. El país heleno llevó el tipo máximo del IRPF del 40% al 46% entre 2007 y 2013. Durante este periodo, su economía registró un crecimiento medio del -3,7%. En Italia, el salto tributario fue del 44,9% al 48,6%, pero la evolución del PIB fue del -1%, en promedio.
Portugal y España también han explorado esta vía. En nuestro caso, el IRPF creció del 43% al 52%, pero el desempeño del PIB entre 2007 y 2013 se movió, de media, en el -0,4%. Para el caso luso, el 'rejonazo' fiscal llevó el tramo superior del Impuesto sobre la Renta del 42% al 56,5%, mientras que el crecimiento medio fue del -0,7%.
También encontramos un desempeño negativo en Irlanda y Dinamarca. Los primeros experimentaron un crecimiento medio del -0,3% tras levantar el tope del IRPF del 41% al 48%. Los segundos lo elevaron del 59,7% al 60,4%, mientras su PIB registró una variación promedio del -0,4%.
En países como Eslovenia o Finlandia, la mayor presión fiscal a las rentas altas sí coincidió con un aumento de la actividad... pero la cifra registrada es muy baja, alcanzando apenas el 0,1%.
Un caso más significativo es el del Reino Unido, que de 2007 a 2010 elevó el tipo máximo del IRPF del 40% al 50% para después recortarlo hasta el 45%. Si entre 2007 y 2010 el crecimiento del PIB arrojaba cifras más negativas, la evolución para 2011-2013 ha sido mejor, confirmando la tesis de Reynolds.
Empecemos por Grecia. El país heleno llevó el tipo máximo del IRPF del 40% al 46% entre 2007 y 2013. Durante este periodo, su economía registró un crecimiento medio del -3,7%. En Italia, el salto tributario fue del 44,9% al 48,6%, pero la evolución del PIB fue del -1%, en promedio.
Portugal y España también han explorado esta vía. En nuestro caso, el IRPF creció del 43% al 52%, pero el desempeño del PIB entre 2007 y 2013 se movió, de media, en el -0,4%. Para el caso luso, el 'rejonazo' fiscal llevó el tramo superior del Impuesto sobre la Renta del 42% al 56,5%, mientras que el crecimiento medio fue del -0,7%.
También encontramos un desempeño negativo en Irlanda y Dinamarca. Los primeros experimentaron un crecimiento medio del -0,3% tras levantar el tope del IRPF del 41% al 48%. Los segundos lo elevaron del 59,7% al 60,4%, mientras su PIB registró una variación promedio del -0,4%.
En países como Eslovenia o Finlandia, la mayor presión fiscal a las rentas altas sí coincidió con un aumento de la actividad... pero la cifra registrada es muy baja, alcanzando apenas el 0,1%.
Un caso más significativo es el del Reino Unido, que de 2007 a 2010 elevó el tipo máximo del IRPF del 40% al 50% para después recortarlo hasta el 45%. Si entre 2007 y 2010 el crecimiento del PIB arrojaba cifras más negativas, la evolución para 2011-2013 ha sido mejor, confirmando la tesis de Reynolds.
Polonia y Nueva Zelanda, al revés
Hay varios países que han seguido el rumbo opuesto y, mientras han bajado impuestos a las rentas altas, han experimentado tasas más elevadas de crecimiento económico. El caso más paradigmático es Polonia: recortó el IRPF del 40% al 32% y experimentó de 2007 a 2013 una expansión media del 3,7%.
También es digno de mención el caso de Nueva Zelanda. En dicho país, el tipo máximo del Impuesto sobre la Renta cayó del 39% al 33%, mientras el PIB arrojaba un ritmo medio de crecimiento del 1,6%. Otro ejemplo es Estonia, que bajó su tramo superior del IRPF del 22% al 21% y creció, de media, un 0,7% durante el periodo analizado.
Por último, también la República Checa apostó por una política de menor fiscalidad para las rentas altas. En su caso, el IRPF cayó del 32% al 15% en su tramo superior, mientras que el PIB creció a una media anual del 0,9% durante el periodo estudiado.
Turquía y Eslovaquia
Hay dos casos algo excepcionales que Reynolds también ha querido destacar en su estudio. Uno es Turquía, que no bajó el tramo superior pero solamente lo aumentó en dos décimas, pasando del 35,6% en 2007 al 35,8% en 2013. Durante dicho periodo, el PIB se expandió a un promedio anual del 3,5%.
Otro es Eslovaquia, donde el tramo superior subió del 19% al 25% pero el mínimo exento fue a más, por lo que el efecto no fue necesariamente un aumento del esfuerzo tributario. Este movimiento coincidió con un crecimiento medio del 3,1%.