El mapa político resultante de las elecciones del pasado 24 de mayo sigue generando nerviosismo en círculos empresariales. Esta vez ha sido Coface, una de las aseguradoras más importantes del mundo, la que ha hecho sonar la voz de alarma.
Según su director general para la Península Ibérica, Marcelino Moneo, "si la fragmentación política se repite a nivel nacional, aumentará la incertidumbre y será más difícil hacer las reformas pendientes, poniendo en peligro la sostenibilidad del crecimiento económico".
Moneo acaba de presentar el informe de riesgo país de España para el próximo año. La calificación otorgada a España es de A-4, la tercera en una escala de siete. Esto significa que el grado de seguridad para invertir en nuestro país se considera "bastante aceptable".
No obstante, la irrupción de formaciones que Coface identifica como la "izquierda radical" podría terminar "complicando la formación de mayorías sólidas". La preocupación de la aseguradora es significativa en el caso de la reversión o paralización de procesos de gestión privada de servicios públicos, tal y como han propuesto Manuela Carmena en Madrid o Ada Colau en Barcelona.
Seguir esta vía "dibujaría para España un panorama devastador, dejando muy tocada la imagen del país ante los inversores", según explicó Moneo a los medios esta misma semana.