Grecia cerró el pasado año con una deuda pública próxima a los 320.000 millones de euros, una cifra equivalente al 177% del PIB. Pero la mayor parte de dicha cuantía no está en manos de inversores privados, sino de organismos internacionales y estados.
Desde que el Estado heleno fue rescatado en 2010, los griegos han recibido un ingente volumen de préstamos por parte la denominada troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) para evitar la quiebra (default), ya que los mercados le cerraron el grifo de la financiación debido a sus graves problemas de insolvencia.
Sin embargo, la negativa del nuevo Gobierno heleno, liderado por Syriza, a realizar las reformas y ajustes que precisa el país para garantizar su sostenibilidad a medio y largo plazo amenaza con desencadenar el temido impago soberano.
Este martes, sin ir más lejos, debe devolver unos 750 millones de euros al FMI y, aunque todo apunta a que, finalmente, abonará la factura, no podrá hacer frente a todos sus compromisos financieros en las próximas semanas sin la ayuda de sus socios comunitarios.
Si Atenas no alcanza un acuerdo con la troika para desbloquear el último tramo del rescate internacional, próximo a 7.200 millones de euros, Grecia corre el riesgo de entrar en default, decretar un corralito financiero, abonar parte de sus pensiones y sueldos públicos con pagarés, introduciendo así una especie de moneda paralela, y, en última instancia, incluso abandonar el euro.
Pero, en caso de impago, ¿qué países sufrirían las mayores pérdidas? El coste final dependería de muchos factores, pero los estados europeos más expuestos, es decir, los que más dinero le han prestado a Atenas, son, por este orden, Alemania, con cerca de 60.000 millones de euros, Francia e Italia.
Sin embargo, si se mide en función del PIB, los más afectados en caso de un impago total serían Eslovenia, con un 2,6% de su PIB, seguida muy de cerca por España e Italia, tal y como muestra el siguiente gráfico elaborado por el Council on Foreign Relations, entidad estadounidense especializada en política exterior.
En total, España ha prestado a Grecia cerca de 26.000 millones de euros, casi el 2,5% del PIB nacional, entre créditos bilaterales y avales del Fondo de Rescate Europeo y el BCE, menos dinero que Alemania, pero una cuantía mayor que los germanos en función del PIB.
Esto significa que, en caso de default y/o salida de Grecia del euro, tanto Eslovenia, como España e Italia tendrían que emitir deuda pública extra para cubrir el agujero heleno. Como consecuencia, en el caso del Gobierno de Italia, por ejemplo, sus necesidades de financiación se duplicarían en 2015 -la mitad para cubrir el déficit previsto y la otra mitad debido al coste de la quiebra helena-.