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Grecia agota la paciencia de Europa: el partido de Merkel aboga por su salida del euro

Grecia se enfrenta al corralito y al impago de pensiones y sueldos públicos si no logra un acuerdo con sus acreedores.

Grecia se enfrenta al corralito y al impago de pensiones y sueldos públicos si no logra un acuerdo con sus acreedores.

La posición que mantiene Syriza desde su ascenso al poder en Grecia está exasperando a muchos de sus socios comunitarios. La reciente sustitución del polémico ministro de Finanzas heleno, Yanis Varufakis, como principal negociador de Grecia ante la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) se interpretó como una positiva señal de acercamiento por parte de Atenas, pero, hasta el momento, no se ha traducido en ningún avance concreto.

Las negociaciones para desbloquear el último tramo del rescate internacional siguen estancadas. El Gobierno de Alexis Tsipras mantiene su rechazo frontal a flexibilizar el mercado laboral y a reformar el insostenible sistema público de pensiones, exigencias que son básicas para sus acreedores. De hecho, lejos de cumplir las condiciones acordadas en el memorando de rescate, Atenas aprobó la semana pasada la ley de reforma administrativa, que prevé la readmisión de todos los trabajadores del sector público cuyos despidos fueron declarados inconstitucionales por el Tribunal Supremo Administrativo, un total de 3.928 empleados.

Asimismo, Varufakis insistió este lunes en que su Gobierno tiene una percepción distinta de sus acreedores sobre las reformas que debe realizar Grecia para salir de la crisis, en referencia a la necesidad de mantener la senda de austeridad pública y avanzar hacia una mayor flexibilidad económica. Entre otras medidas, el ministro de Finanzas propone como alternativa la posibilidad de crear un "banco malo", donde concentrar todos los activos tóxicos (incobrables) del sistema financiero heleno, así como un nuevo "banco de desarrollo" con el que conceder créditos a la estructura productiva mediante el respaldo de activos estatales y fondos europeos.

No se prevé una solución inmediata

Propuestas, en todo caso, muy alejadas de sus socios europeos. No es de extrañar, por tanto, que no se prevea ningún acuerdo sustancial en los próximos días para desbloquear la situación. El Eurogrupo ha celebrado este lunes una nueva reunión clave sobre Grecia, pero no se ha alcanzado ninguna solución al respecto, tal y como se preveía. Los ministros de Economía de la eurozona han hecho balance de las negociaciones realizadas hasta el momento, pero se descarta el desbloqueo del último tramo del rescate, cuya cuantía sonda los 7.200 millones de euros.

Su salida sería buena para el euro

Mientras, el tiempo apremia. Sobre el tapete, la posibilidad de que el BCE restrinja aún más el mecanismo extraordinario de liquidez (ELA, por sus siglas en inglés) del que depende la banca griega para mantenerse en pie, y las graves dificultades que empieza a padecer Atenas para cumplir en tiempo y forma con todos sus pagos.

Este martes, sin ir más lejos, tenía que abonar cerca de 750 millones de euros al FMI y, aunque ya ha ejecutado el pago, según las últimas informaciones, existen serias dudas de que Grecia pueda cubrir todos sus sueldos y pensiones públicas el presente mes de mayo Es decir, en ausencia de acuerdo, crece el riesgo de corralito bancario y de que Atenas tenga que pagar a sus funcionarios y pensionistas con pagarés, introduciendo así una moneda paralela al euro en Grecia.

Como consecuencia, y puesto que ya no se puede descartar ningún escenario, tanto el FMI como la troika en su conjunto barajan distintas opciones y sus posibles efectos, desde la quiebra de Grecia dentro del euro hasta la introducción de pagarés en el país heleno, según las informaciones que han circulado este fin de semana. Tanto es así que, incluso, comienza a cobrar fuerza la posibilidad de que Grecia acabe saliendo del euro en países tan importantes como Alemania.

Su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, advirtió este fin de semana de que si Grecia acaba fuera de la moneda única no será culpa de Alemania. Además, recordó que "un país puede caer de repente en la insolvencia", tal y como demuestran otras experiencias históricas, haciendo así referencia al temido Grexident (quiebra accidental de Grecia).

Pero lo más relevante es que dentro del partido de la canciller alemana, Angela Merkel, crecen las voces a favor de la salida de Grecia de la Unión Monetaria. Un creciente número de miembros de la CDU y destacados funcionarios del Ministerio de Finanzas se inclinan ya abiertamente hacia esta postura, concluyendo incluso que sería beneficioso para el euro a medio y largo plazo, informa Bloomberg.

En este sentido, Schäuble ha dicho este lunes a su llegada al Eurogrupo que "si el Gobierno griego quiere celebrar un referéndum, entonces dejémosles celebrar un referéndum [...] Podría ser incluso una medida útil para que el pueblo griego decida si está dispuesto a aceptar lo que es necesario o si quiere algo diferente", ha señalado.

Esta misma opinión se está extendiendo en Finlandia, donde el líder del partido euroescéptico Verdaderos Finlandeses, que formará parte de una nueva coalición de gobierno, dijo que tendría sentido para Grecia salir de la moneda única. Timo Soini aspira a ser nombrado ministro de Finanzas de Finlandia, con lo que su opinión al respecto no es baladí.

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