Barbara Kolm preside el Instituto Hayek en Viena y dirige el Centro de Economía Austriaca. Quizá una de las liberales más influyentes de Europa, su agenda está llena de conferencias, actos y reuniones en diferentes países del Viejo Continente.
Esta semana, Kolm ha visitado España con motivo del Free Market Road Show 2015, un ciclo de conferencias que ha coordinado el think tank Civismo.
Antes de su ponencia, Barbara se ha reunido con Libre Mercado para hablar de la actualidad económica europea y analizar la amenaza populista que enfrentan países como Grecia o España. El resultado de la conversación lo pueden leer a continuación.
¿Cómo está la economía europea? ¿Salimos por fin adelante o seguimos teniendo motivos para la preocupación?
Hay luces y sombras. Esperanza, por el éxito español, y preocupación, por el caso griego. El ejemplo de España resulta llamativo porque las reformas aprobadas empiezan a funcionar y a dar los resultados. La dirección seguida es la correcta: hay que aprobar medidas responsables, gastar con responsabilidad el dinero de los contribuyentes y promover el desarrollo del mercado.
Y Grecia en el otro extremo...
Grecia está jugando con toda Europa. Propone soluciones que luego no se aplican, amenaza con romper las negociaciones, alarga hasta el límite los plazos para llegar a un acuerdo… Entre mayo o junio pueden quedarse sin dinero, pero actúan como si nada, esperando que los socios den más. Hay mucho margen de ajuste en el gasto público griego, despilfarran mucho dinero en partidas ineficientes, pero insisten en quejarse en vez de aplicar reformas.
Aunque nuestro país esté superando la crisis, las encuestas muestran que el populismo de izquierda radical ha ido a más. ¿Le preocupa Podemos?
El mensaje más importante que deja España es que el populismo no es la solución: las crisis se solucionan con medidas que pueden resultar molestas, pero permiten salir adelante y prosperar a medio y largo plazo. No se puede vivir del dinero de los demás, hay que ser capaces de generar riqueza si queremos recuperar el empleo perdido.
Partidos como Podemos van contra la lógica económica y explotan electoralmente la envidia y el odio a los ricos. Es peligroso que a las nuevas generaciones se les diga esto. ¿Cómo prospera un país si se odia a quienes se enriquecen? Este tipo de discurso se combate con datos, pero también apelando a la superioridad moral de la economía de mercado, basada en la cooperación y en la libertad.
Volviendo al caso griego, parece que las negociaciones entre Atenas y Bruselas nunca terminan. ¿Qué le parece este toma y daca?
La paciencia tiene un límite. Países responsables con el peso de Alemania deben advertir a Grecia de la situación a la que están arrastrando a toda la Eurozona. No podemos predecir el futuro, pero hemos llegado a un punto crítico que no se puede prolongar mucho más tiempo. Grecia es solamente el 3% del PIB europeo, no podemos ser rehenes de sus promesas y sus juegos.
Hay otras economías con mayor tamaño que no están para tirar cohetes. ¿Le preocupan Francia o Italia?
Francia tiene cada vez más problemas y por eso Hollande está empezando a hablar de aprobar medidas de liberalización. También Italia tiene asignaturas pendientes y Renzi se ha comprometido a abordarlas. Sin embargo, en ambos casos vemos que se promete mucho, pero los cambios que se materializan son insuficientes. Ni Hollande ni Renzi han apostado por el tipo de reformas laborales y fiscales que han permitido que países como Alemania salgan fortalecidos de la crisis.
¿Qué países sí han sabido superar la crisis?
En Gran Bretaña podemos ver que las medidas liberales funcionan. Llevan años de crecimiento, con una intensa creación de empleo y un fortalecimiento de Londres y de las demás regiones de las islas. Irlanda lo tenía más difícil, pero ha sabido superar el programa de rescate y ha mantenido su apuesta por un modelo capitalista, con impuestos bajos que fomentan la inversión empresarial. En los países bálticos también han salido las cosas mejor de lo que muchos esperaban: la austeridad fue el paso previo al crecimiento. Otro ejemplo digno de mención es Polonia.
Como continente, muchas veces nos quedamos por detrás de EEUU a la hora de promover el crecimiento de nuestro sector privado. ¿Qué falla en nuestro modelo económico?
Europa debe tomarse en serio la protección de los derechos de propiedad. También hay que abordar la política monetaria desde una perspectiva más ortodoxa y responsable, huyendo de experimentos como los que hemos visto en los últimos tiempos.
Otra clave es la fiscalidad: para que la economía crezca, debe ser simple y reducida. No me olvido de la burocracia y de la regulación, ya que a menudo suponen trabas para el emprendimiento. Por último, hay que completar la unidad de mercado a nivel europeo, pues aún quedan sectores pendientes de liberalizar.