Varios ayuntamientos de Grecia han criticado la medida de urgencia aprobada por el Gobierno de Alexis Tsipras para lograr fondos a toda costa con el fin de esquivar el temido impago. Los problemas de liquidez han sido el motivo que llevó al Gobierno a publicar el lunes un decreto que obliga a los organismos públicos a transferir sus reservas en efectivo al Banco de Grecia para prestárselas al Estado por un periodo máximo de 15 días, en lo que se conoce como operaciones de recompra (repos).
Sin embargo, la citada orden no ha sentado nada bien en numerosos municipios, que aprobaron el martes una resolución en la que se niegan a desembolsar fondo alguno, por lo menos, hasta que haya una decisión formal en una asamblea. El alcalde de Atenas, Giorgos Kaminis, tildó de inconstitucional el decreto, mientras que otros han advertido de que recurrirán dicha decisión ante los tribunales de Justicia. Los cargos locales han señalado que esta medida supone una incautación ilegal de los fondos municipales por parte del Gobierno de Syriza, cuya ejecución amenaza con "asfixiar" el funcionamiento normal de los ayuntamientos.
Las cuentas públicas, al límite
Pese a ello, el Gobierno de Tsipras continúa con sus planes para hacerse con todo el efectivo posible del país para poder afrontar sus próximos pagos. El viceministro griego de Finanzas, Dimitris Mardas, afirmó el miércoles que el Estado cubrirá los 400 millones de euros que le faltan para satisfacer sus necesidades en este mes de abril gracias a las aportaciones de algunas cajas de pensiones que se han ofrecido a prestar su dinero al Estado.
Mardas precisó que, además de los préstamos de estas cajas, se están manteniendo reuniones con dos compañías públicas de gas para que "contribuyan, si así lo quieren". "Tuvimos unas reuniones y vamos a recibir el dinero, así que de acuerdo con lo que tenemos y lo que esperamos recaudar, creemos que este problema estará solucionado", destacó.
En declaraciones a la cadena privada de televisión Mega, Mardas había asegurado unas horas antes que Grecia está "al límite" desde febrero y de que para este mes tenía un agujero de 400 millones de euros. Tras estas declaraciones, fuentes de la Oficina General de Contabilidad apuntaron que tal cantidad no hacía referencia al pago de salarios y pensiones, que para el mes de mayo está totalmente asegurado.
No se esperan avances en el Eurogrupo
La situación de las finanzas griegas es tan crítica que el BCE no descarta siquiera que Atenas tenga que recurrir a pagarés para poder abonar sueldos y prestaciones públicas en las próximas semanas en caso de que Grecia no alcance un acuerdo con sus acreedores para desbloquear el último tramo pendiente del rescate internacional.
El problema, sin embargo, es que no se esperan avances en esta materia, al menos a corto plazo. El portavoz del Ministerio de Finanzas alemán, Martin Jäger, indicó en un encuentro con medios que de la reunión del Eurogrupo que se celebrará esta semana en Riga espera un "balance provisional" de las instituciones -Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional- sobre la evolución de las negociaciones.
Berlín cuenta con que el Gobierno griego explique su posición al resto de los países que comparten la moneda común, explicó Jäger. El portavoz afirmó desconocer si Grecia presentará finalmente antes de fin de abril la "lista completa" de reformas con las que pretende sustituir las medidas que elaboraron sus antecesores y que Tsipras no quiere implementar por considerarlas dañinas para su economía.
Jäger consideró que sería "de lamentar" que Atenas no cumpliese con este plazo para presentar su propuesta, pero recalcó en varias ocasiones que "la fecha relevante a nivel jurídico es el 30 de junio". Será entonces cuando concluya la prórroga de cuatro meses del segundo programa de rescate que los acreedores concedieron a Atenas a principios de este año.
La viceportavoz del Gobierno alemán, Christiane Wirtz, por su parte, evitó confirmar o descartar que Tsipras vaya a reunirse este jueves con la canciller alemana, Angela Merkel, aprovechando el consejo europeo extraordinario que se va a celebrar en Bruselas.