El Banco Central Europeo (BCE) dijo este jueves que es innecesario "considerar nuevas iniciativas de política monetaria" o reconsiderar alguno de los parámetros del nuevo programa de compra de deuda pública acordado a finales de enero.
Así se desprende de las actas de la última reunión de política monetaria del consejo de gobierno en Nicosia el 4 y 5 de marzo.
Respecto a los parámetros de las compras de deuda pública, algunos miembros del consejo de gobierno recordaron la posibilidad de ajustar en el futuro el límite de compra máximo del 25% de una emisión de deuda pública pero en la reunión no se decidieron cambios.
El BCE estableció que sólo puede comprar un máximo del 25% para cada tipo emisión de deuda, es decir que no puede adquirir más de un 25% de la deuda soberana de cada país.
El BCE comenzó el 9 de marzo a comprar deuda pública y privada de la zona del euro por valor de 60.000 millones de euros mensuales.
Los miembros del consejo de gobierno del BCE "generalmente compartieron la evaluación de los efectos positivos significativos de las decisiones de política monetaria tomadas el 22 de enero de 2015", según el informe publicado este jueves.
El programa de compra de deuda pública y privada, junto con las medidas aprobadas en junio y septiembre, bajadas de los tipos de interés e inyecciones de liquidez hasta cuatro años, han relajado las condiciones de los mercados financieros y el coste de la financiación externa para la economía privada, según el BCE.
Añade que las proyecciones macroeconómicas de marzo "no deberían ser interpretadas como sugerencia de que las últimas medidas de política monetaria eran menos necesarias".
"Por el contrario, confirmaron que la implantación completa de estas medidas fue necesaria para cumplir el mandato del consejo de gobierno", que es lograr una inflación cercana al 2%, apostilló el BCE en las actas.
El consejo de gobierno del BCE evaluará continuamente la eficacia de las medidas. Asimismo, el BCE enfatizó que hay "un elevado grado de incertidumbre respecto a la trasmisión de las medidas no convencionales de política monetaria y una falta de precedente histórico".
El BCE revisó en marzo al alza con fuerza sus pronósticos de crecimiento y a la baja los de inflación de la zona del euro en 2015 por la caída del precio del petróleo.
El personal de la entidad prevé que la zona del euro crecerá este año un 1,5% y en 2016 un 1,9%, frente al 1 y 1,5% respectivamente pronosticado en diciembre. Asimismo el BCE pronostica que la economía de la zona del euro crecerá en 2017 un 2,1%, las primeras proyecciones que publica la entidad para ese año.
Los expertos del BCE han revisado a la baja siete décimas los pronósticos de inflación para este año hasta el 0%. El BCE pronostica que el Índice de Precios de Consumo (IPC) se situará en 2016 en el 1,5% (1,3% pronosticado en diciembre) y en 2017 en el 1,8%.