Corría el año 2009. El dúo musical Andy & Lucas conversaba con varios periodistas sobre sus proyectos discográficos, aunque la actualidad acabó llevándoles a hablar de la crisis. En este punto, de manera un tanto sorpresiva, Andy preguntó a Lucas si la recuperación podía desarrollarse a base de expandir la oferta monetaria:
Andy, tú tienes estudios... ¿Qué pasa? ¿Que no se puede fabricar el país más dinero o cómo va esto?
Esta curiosa anécdota nos sirve como punto de partida para analizar la figura del profesor Richard Werner. Este académico teutón ha sido ampliamente reconocido como el padre de las políticas monetarias de "expansión cuantitativa" (quantitative easing o QE). Todo empezó en los años 90, cuando su dominio del japonés le llevó a desarrollar su carrera en el país nipón.
El nacimiento de la QE
Corrían años difíciles para la economía más rica de Asia. La burbuja inmobiliaria acababa de pinchar y los precios de los activos acumulaban años a la baja. Ante esta situación, los japoneses hablaron de aplicar medidas poco convencionales con ánimo de frenar el desplome de los precios de la vivienda.
Werner decidió pasar a la acción y envió un artículo de opinión a uno de los periódicos financieros más influyentes de Japón. El 2 de septiembre de 1995, Werner expuso en las páginas del diario Nikkei la necesidad de inyectar dinero de nueva creación en la economía como solución a los males que atravesaba el país.
En su artículo, Werner defendía medidas monetarias nunca antes contempladas por el banco central japonés. Hablaba incluso de monetizar la cartera de activos tóxicos de la banca privada o de imprimir dinero para prestarlo directamente a las empresas o al gobierno. Desde 1994, el alemán había expuesto su tesis ante inversores y analistas, pero ahora la teoría de la "expansión cuantitativa" llegaba a las masas de manera definitiva.
Werner se desmarca de los bancos centrales
El Banco de Japón adoptó oficialmente este tipo de medidas monetarias en el año 2001. No obstante, la fórmula escogida nunca llegó a contentar a Werner: el economista alemán proponía actuaciones centradas en forzar a la banca a conceder más créditos, pero el Banco de Japón optó por otras vías.
Otro aspecto que Werner tampoco defendía en su artículo eran los bajísimos tipos de interés que han adoptado muchos de los bancos centrales en los que se han adoptado estrategias de "expansión cuantitativa".
Según Werner, la clave para aplicar su receta es que los gobiernos tomen dinero prestado de los bancos como manera de disparar el crédito en circulación. "Ese tipo de "expansión cuantitativa" hace que circule más dinero, aumente la demanda, crezca el empleo, suba la recaudación tributaria... es un círculo virtuoso", explica a la BBC.
Sin duda, las declaraciones del economista alemán evocan el "no es esto, no es esto" de Ortega y Gasset. No en vano, Werner ha cargado contra el Banco de Japón o el Banco de Inglaterra por aplicar la QE de manera distinta a la que él defendía en los 90.
Es fácil que los bancos centrales tomen medidas para salir de la crisis, pero sus medidas solamente están sirviendo para engordar las grandes entidades financieras. Los bancos centrales deben conseguir que aumente el crédito a la economía productiva, que son los negocios dedicados a producir bienes y servicios. En su lugar, están inyectando dinero a beneficio de la especulación financiera y el endeudamiento privado. Esto genera incertidumbre y desigualdad, no es bueno para la economía.