La publicación de la Carta a los Accionistas de Berkshire Hathaway escrita por Warren Buffett es esperada con ansias por toda la comunidad inversora del mundo desde hace décadas. Ningún otro escrito despierta tanta expectación en el ámbito empresarial y financiero.
Lo cierto es que Buffett lleva escribiendo esta famosa carta desde 1971, y, en las últimas décadas, la popularidad de Buffett ha hecho que el interés haya ido en aumento. Pero este año la carta traía algo muy especial para conmemorar los 50 años de Buffett al frente de Berkshire Hathaway.
Se trata de dos comentarios adicionales a la tradicional carta de Buffett escritos por el propio Buffett y su socio y vicepresidente de Berkshire Hathaway, Charlie Munger. Pueden consultar la Carta a los Accionistas aquí -el comentario de Warren Buffett comienza en la página 24 y el de Charlie Munger en la página 39-.
En la Carta a los Accionistas del pasado año, Buffett ya anticipó que la de 2015 sería un poco especial, ya que él y su socio Munger realizarían un resumen de los últimos 50 años de Berkshire Hathaway y especularían sobre lo que los próximos 50 pueden deparar al conglomerado financiero más grande del mundo.
50 años haciendo historia
Lo que en 1967 no era más que una empresa textil radicada en New Bedford, Massachusetts, es hoy en día una empresa con una capitalización bursátil de $353.000 millones, equivalente al 50% de todo el IBEX 35.
Los retornos que ha logrado obtener el holding dirigido por Buffett en los últimos 50 años son, simplemente, espectaculares. No hay ningún inversor en el planeta que haya logrado batir a los índices durante tantos años de manera sistemática, y que, además, haya logrado hacerlo con un margen tan amplio como el que Buffett ha logrado.
La rentabilidad para los inversores de Berkshire desde 1965 ha sido de un 21,6% anualizada, mientras que el S&P 500 ha obtenido un 9,9% en ese mismo periodo. En términos absolutos, el retorno para los inversores ha sido de un 1.826.163% frente al 11.196% que habrían logrado de haber invertido en ese periodo en el índice S&P 500.
Buffett recordó que algunas de las empresas controladas por Berkshire son tan grandes que, en el hipotético caso de que fueran independientes, nueve y media pasarían a formar parte de empresas del ranking Fortune 500 (que agrupa las 500 empresas más grandes de Estados Unidos). La media es la marca de ketchup Heinz, que controla al 50% con sus socios brasileños 3G Capital, liderados por su amigo Jorge Paulo Lemann.
Resumen de 2014
El pasado ejercicio fue un excelente año para Berkshire Hathaway, tanto por el comportamiento del negocio como por el de su acción. Mientras que el S&P 500 (incluyendo dividendos) se revalorizó un 13,7%, las acciones de Berkshire se revalorizaron un 27%. La ganancia neta de Berkshire en dicho periodo fue de $18.300 millones, lo que incrementó el valor contable de las acciones en un 8,3%.
Lo que Buffett llama el Powerhouse Five, los cinco negocios más grandes excluyendo las aseguradoras, obtuvieron en 2014 unos ingresos récord antes de ingresos de $12.400 millones, $1.600 millones más que un año antes. Estas empresas son Berkshire Hathaway Energy (antes conocida como MidAmerican Energy), BNSF, IMC (antes conocida como Iscar, de origen israelí), Lubrizol and Marmon.
Burlington Northern Santa Fe, la empresa ferroviaria más grande de Estados Unidos, controlada al 100% por Berkshire, es responsable -según Buffett- de parte de las malas noticias del pasado ejercicio. Si bien el exitoso inversor matiza que esto no se ha reflejado en los ingresos que generó el negocio, reconoce que BNSF defraudó a muchos de sus clientes clientes por diversos fallos.
Por este motivo, ha tomado la decisión de invertir $6.000 millones a lo largo de 2015 con el objetivo de mejorar las infraestructuras de la compañía. Esa cifra es casi un 50% más de lo que cualquier otra empresa de ferrocarriles se ha gastado nunca y es, sin duda, una cantidad estratosférica con independencia de si se compara con los ingresos, beneficios o amortizaciones de BNSF.
Las otras muchas docenas de negocios, excluyendo los aseguradores, ganaron en agregado $5.100 millones, $400 millones más que en 2013. Hay dos compañías que ganaron $400 millones y $600 millones, seis que ganaron entre $250 millones y $400 millones y siete que ganaron entre $100 millones y $250 millones.
El negocio asegurador obtuvo un underwriting profit de $24.000 millones, y van 12 años seguidos consiguiéndolo. También se incrementó el float hasta los $84.000 millones. El float es la parte de las primas que Berkshire es capaz de invertir y que funciona de forma similar a deuda cuyo coste de financiación es prácticamente nulo.
Los negocios subsidiarios de Berkshire compraron 31 nuevos negocios en 2014, con un coste de adquisición total de $7.800 millones. El tamaño de estas transacciones osciló entre los $400.000 y los $2.900 millones. La mayor adquisición fue Duracell, aunque dicha operación no se cerrará hasta finales de este año.
En octubre, Buffett compró la empresa de concesionarios Van Tuyl Group. El dueño del negocio es Larry Van Tuyl, que, junto con la ayuda de su padre Cecil, han logrado a lo largo de 62 años crear una empresa que en la actualidad controla 78 concesionarios repartidos por Estados Unidos. Esta empresa es el quinto grupo automovilístico más grande de Estados Unidos y su tamaño es tan grande que, de ser un negocio independiente a Berkshire, formaría parte de Fortune 500.
Al finalizar el año, los empleados de todos los negocios de Berkshire sumaban un total de 340.499. Esa cifra contrasta con los empleados que hay en la actualidad en las oficinas centrales de la firma, en donde tan solo trabajan 25 empleados.
Munger desvela quién podría suceder a Buffett
Desde hace años existe un plan de sucesión para cuando Buffett fallezca o quede incapacitado por enfermedad para realizar sus funciones como presidente y consejero delegado de Berkshire Hathaway. Lamentablemente, la imprescindible labor de Charlie Munger no tendrá reemplazo una vez fallezca este último.
El trabajo de desempeña Buffett hoy en día será dividido en tres:
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La presidencia no ejecutiva recaerá en su hijo Howard Graham Buffett. Su labor será la de garantizar que prevalezca la cultura corporativa de Berkshire y supervisar la elección de los cargos del Consejo de Administración.
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La dirección de inversiones (CIO) la ejercerán los gestores Todd Combs y Ted Weschler, que trabajan desde hace ya años en Berkshire. En la actualidad, estos gestores tienen cada uno $7.500 millones bajo gestión del capital de Berkshire.
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El Consejero Delegado (CEO) es, precisamente, el único cargo que a día de hoy se desconoce y sobre el que se lleva años especulando. En la carta de este año, Munger ha dado una gran pista sobre quién podría ser el consejero delegado tras la muerte de Buffett: Ajit Jain o Greg Able. Ajit Jain es el responsable de la división del negocio reasegurador de Berkshire y es la única persona con la que Buffett habla todos los días, lo que demuestra la buena sintonía existente entre ambos. Munger destaca que tiene plena confianza en que ni Jain ni Able abandonarían Berkshire por muy suculenta que fuese la oferta que recibiesen y que tienen muy poco interés en cambiar lo que él llama como el "sistema Berkshire".
Errores de inversión, presentes y pasados
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El mayor error que cometió Buffett al pasado ejercicio fue, sin duda, su fallida inversión en Tesco, cadena de supermercados líder en Reino Unido y con presencia en muchos más países. Buffett reconoce que debería haber vendido las acciones mucho antes. Esta inversión la comenzó en 2012, cuando poseía 415 millones de acciones cuyo coste de adquisición fue de $2.300 millones. A principios de 2013, el mal hacer del equipo directivo le hizo desprenderse de 114 millones de acciones, con un beneficio de $43 millones. Pero en 2014 los problemas no dejaron de sucederse y la caída de los márgenes y el escándalo de un fraude contable golpearon duramente la acción. La pérdida después de impuestos en Tesco fue de $444 millones, lo que equivale a una quinta parte del 1% del valor de Berkshire. Buffett reconoce con orgullo que en los 50 años dirigiendo su firma no ha tenido una pérdida materializada que superase el 2% del valor de la empresa. En dos ocasiones experimentaron una pérdida del 1%. Esas tres pérdidas sucedieron en el mismo año: 1974.
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En 1975, compró otra empresa textil de Nueva Inglaterra llamada Waumbec Mills, pensando las fantásticas sinergias que iba a haber con el negocio textil. Waumbec resultó ser un desastre y planta tuvo que ser cerrada unos años después. En su habitual sentido del humor, Buffett intentaba tranquilizar a los inversores: "Buenas noticias para los accionistas: la industria textil del norte del país es por fin un negocio extinto. Ya no tienen que temer si oyen que he estado deambulando por Nueva Inglaterra".
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En 1993, compró Dexter Shoe, un fabricante de zapatos con un track record extraordinario. En ningún momento creyó que estaba comprando un negocio sin sólidas ventajas competitivas, pero en cuanto apareció competencia extranjera en el sector dichas ventajas se evaporaron. Berkshire pagó $433 millones por Dexter Shoe y su valor acabó acercándose a cero. La contabilidad no refleja ni de lejos, según palabras de Buffett, la magnitud del error. Resulta que decidió comprar Dexter pagando con acciones de Berkshire en vez de hacerlo con efectivo. El valor de mercado actual de las acciones que entregó es de $5.700 millones. Tal y como Buffett afirma, "como desastre financiero, mi inversión en Dexter Shoe merece su propio espacio en el Libro Guinness de los Records".
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Munger destaca los errores de omisión en los que Berkshire ha incurrido. Si bien los errores de comisión son los de acciones que se tomaron, los errores de omisión son los derivados de no haber hecho nada. Según Munger, no haber invertido en Walmart, por ejemplo, sabiendo que iba a ser una inversión excelente fue un error de omisión enorme. Munger estima que el valor de Berkshire sería en la actualidad $50.000 millones superior si no hubiesen dejado pasar este tipo de oportunidades de inversión durante estos 50 años.
El gran error de Buffett: Berkshire Hathaway
Pero Buffett reconoce que el error de inversión más costoso de toda su carrera fue, precisamente, la compra de acciones de Berkshire Hathaway.
¿Cómo puede afirmar algo así? En 1964, Berkshire era una empresa textil dirigida por Seabury Stanton. Buffett era accionista del 7% de la compañía a través de su firma de inversiones Buffett Partnership Ltd. Stanton había preguntado a Buffett a qué precio aceptaría vender sus acciones.
Buffett afirmó que por $11.50 por acción le vendería la totalidad de su participación. El Sr. Stanton le dijo a Buffett: "Tenemos un trato." Poco tiempo después, Buffett enfureció cuando recibió en el correo una carta del Sr. Stanton en la que no cumplía con su palabra y ofrecía $11.375 por acción, un octavo menos. Buffett no sólo se negó entonces a vender su parte al Sr. Stanton, sino que se puso a comprar de forma agresiva más acciones.
En mayo de 1965, Buffett tomó el control de Berkshire Hathaway y el Sr. Stanton fue despedido. El problema es que, para hacerlo, Buffett había invertido el 25% de todos los activos que gestionaba a través de Buffett Partnership Ltd. en Berkshire Hathaway, que ya daba síntomas de ser un negocio ruinoso.
Desde el año en que Buffett tomó el control de Berkshire Hathaway las cosas sólo empeoraron en el negocio y, finalmente, decidió echar el cierre del mismo en 1985. Buffett ha reconocido públicamente en multitud de ocasiones que su socio Charlie Munger le advirtió con mucha antelación que debería cerrar el negocio textil de Berkshire, pero desoyó sus consejos. El coste de oportunidad de esas decisiones erróneas se estima que es superior a los $100.000 millones.
Algunas perlas en la carta de Buffett
- Sobre por qué los gestores deben ser objetivos a la hora de invertir:
Si los caballos hubiesen controlado las decisiones de inversión, hoy en día no tendríamos una industria del automóvil.
- Sobre cómo la experiencia empresarial puede hacerte mejor inversor y viceversa:
Hay ciertas cosas que no pueden ser explicadas a una virgen simplemente con palabras o imágenes.
- Sobre por qué Wall Street siempre quiere más transacciones corporativas:
No le preguntes al peluquero si necesitas un corte de pelo.
- Sobre si se ha quedado sin espacio para invertir:
Berkshire ya es dueña de 9.5 compañías que formarían parte del ranking Fortune 500 en el caso de que fueran independientes (Heinz es ese 0.5). Eso nos deja a 490.5 peces en el mar. Nuestra caña está tirada.
- Sobre cómo los CEO's pueden evitar arruinar un buen negocio:
Nunca debe olvidar la frase de Charlie Munger: "Dime dónde voy a morir para que no vaya allí nunca.
Lecturas recomendadas
No es habitual que Buffett alabe públicamente muchos libros, pero este año ha recomendado varios:
- Where are the customers yacht´s?, de Fred Schwed. Buffett comenta que pocos libros logran combinar sabiduría y humor como lo hace Schwed.
- The Little Book of Common Sense Investing, de Jack Bogle. Buffett dice que en vez de escuchar los cantos de sirena de los asesores financieros (que son expertos en conseguir altas comisiones y no altas rentabilidades) haríamos bien en leer este clásico de Jack Bogle.