El 24 de febrero de 2015 fallecía en su apartamento de Manhattan Irving Kahn, el legendario inversor de Wall Street, con 109 años de edad. Kahn ostentaba por méritos propios el título de inversor más longevo del mundo.
Nacido el 19 de diciembre de 1905, Kahn ha sido testigo de más crisis bursátiles que ningún otro inversor y ha conocido a algunos de los mejores inversores de la historia, como su maestro Benjamin Graham o su compañero de clase Warren Buffett.
Kahn no ocultaba su admiración por el value investing o inversión en valor, disciplina que creó Benjamin Graham con la publicación de sus libros Análisis de Valores, primero, y El inversor inteligente, después.
Comienzos en Wall Street y crack del 29
Irving Kahn era, sin duda, una leyenda viva dentro de Wall Street. Comenzó su carrera en 1928, con 23 primaveras, por lo que pudo vivir el crack de 1929 en primera persona (haciendo su primera operación ese mismo año, poniéndose corto en Magma Copper, logrando así pingües beneficios cuando el crack se produjo). Lo mejor es la ventaja que supo tomar tras la brusca caída de las cotizaciones en la Bolsa en ese periodo. Como afirmaba, "los inversores no tienen motivos para sentirse pesimistas o miedosos. Los grandes value investors están encantados de que los mercados caigan".
Fue profesor ayudante segundo del gran Benjamin Graham en la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia y compartió clase con algunos de los primeros espadas de la historia del value investing, como el famoso Warren Buffett y otros value investors menos mediáticos, pero, igualmente, brillantes como Walter Schloss, William J. Ruane o Charles Brandes.
Al igual que le sucedió a Buffett, tal fue el impacto que el gran maestro Ben Graham tuvo en Irving Kahn que llamó a su tercer hijo Thomas Graham (el segundo hijo de Buffett se llama Horward Graham). Fruto de esa estrecha relación con Graham surgió, por ejemplo, el que Irving Kahn prologase su libro Storage and Stability, aún hoy desconocido por el gran público.
Filosofía de inversión: value investing
Tras haber estudiado con Benjamin Graham, Kahn fue fiel toda su vida a los principios de inversión que aprendió en esos años y que tan buenos resultados le han permitido cosechar. Su estilo de gestión se caracterizó por gestionar carteras altamente concentradas en unos pocos valores, cuya tenencia media rondaba los 3-5 años.
Ése era el tiempo que de media necesitaba el mercado para reconocer el valor intrínseco de las compañías en las que Kahn invertía. Como la mayoría de los value investors, su principal herramienta de análisis eran los balances de situación y las propias cuentas anuales de las compañías.
Para Kahn, la inversión era una mezcla entre arte y ciencia. Los inversores deben apoyarse tanto en el análisis cualitativo como el análisis cuantitativo de las compañías para formarse una opinión sobre el negocio y la valoración de los mismos lo más precisa posible. Preguntado sobre la profesión de gestor de activos, Kahn resumía por qué le gustaba tanto el trabajo: "Soy un apasionado lector. Por eso ser inversor es el trabajo perfecto para mí".
Primera promoción de CFA's Charterholders
Además de ser uno de los primeros value investors alumnos discípulos de Graham, Irving Kahn también formó parte de la primera promoción de la historia de CFA charterholders en 1963 (su número de CFA charter es 240).
Esta prestigiosa acreditación financiera es una referencia a nivel mundial dentro de la industria de gestión de activos. También fue uno de los que participó en fundación de la conocida New York Society of Security Analysts y del prestigioso Financial Analysts' Journal.
Kahn Brothers, su firma de inversión
Irving no dudó en dar un paso más en su exitosa carrera y acabó fundando en 1978 la firma de inversión Kahn Brothers & Company Inc. (conocida hoy en día como Kahn Brothers Group Inc.) junto con dos de sus hijos, Thomas y Alan. De los tres hijos que han pasado por la empresa, solo Thomas aún está en activo, ya que los otros dos se jubilaron.
Como bien recalcó en una entrevista su hijo Thomas, "mi padre continúa buscando ideas y hablando con las compañías. Algo muy bueno de este negocio es que no hay una edad de jubilación obligatoria y, de hecho, te haces más sabio a medida que envejeces".
Buenos genes, el secreto de su longevidad
Resulta curioso que Kahn también participase en un interesante estudio sobre longevidad dirigido por el doctor Nir Barzilai, del Albert Einstein College of Medicine. Barzilai ha analizado los genes de familias extraordinariamente longevas, como la familia Kahn.
Kahn tenía tres hermanos y todos sobrepasaron la barrera de los 100 años, lo que les hizo candidatos perfectos para este estudio. Kahn no sólo destacó por su longevidad sino por su excelente estado de salud.
Pese a su avanzada edad, seguía en activo de lunes a viernes (los últimos años de vida redujo su jornada laboral a tres días semanales) entre las 8:30 y las 15:30 y se le podía encontrar en su despacho de Madison Avenue buscando empresas infravaloradas con un terminal Bloomberg y una lupa gigante como únicas herramientas.
De hecho, tras el fallecimiento de su mujer hace mas de 20 años Kahn, se volcó todavía más en el trabajo. El doctor Nir Barzilai concluyó que los genes de la familia Kahn previenen la aparición de enfermedades cardiovasculares o de otras enfermedades como el Alzheimer.
Ante la pregunta de qué hábitos de vida creía Kahn que explicaban su longevidad y buen estado de salud, destacaba lo siguiente:
- Una dieta nutritiva, con muchas verduras y hortalizas.
- Mucho aire fresco.
- No beber ni fumar.
- Estar siempre en movimiento, ser abiertos, conocer gente nueva de todas partes del mundo.
- Tener muchos y variados intereses y aprender cosas que aún no somos capaces de hacer. Dice que "eso te mantiene joven".
Este vídeo es un breve resumen de su vida:
Warren Buffett siempre ha afirmado que en el mundo de las inversiones "las canas cuentan". La experiencia acumulada de Kahn, que ha seguido activo hasta su fallecimiento, era una ventaja competitiva muy difícil de superar para el común de los mortales.
Sin duda, Irving Kahn cumplió con lo que en su día afirmó el filósofo Marco Tulio Cicerón, cuando dijo que "la mejor coraza contra la vejez es una vida bien empleada precediéndola". Descanse en paz.