El próximo 19 de febrero, China celebra el Año Nuevo Lunar. Para los empleados de las empresas tecnológicas del país, esta cita es una de las más esperadas del año, ya que esta es una fecha en la que las compañías aprovechan para exhibir músculo ante sus competidores.
¿Cómo lo hacen? A través de exhuberantes celebraciones en las que sus trabajadores reciben beneficios y compensaciones extraordinarias.
Esta estrategia se enmarca en las agresivas prácticas de atracción de talento que desarrollan las tecnológicas chinas para contar con los mejores profesionales. Lejos de emular los tradicionales incentivos que conocemos en Occidente, las empresas del sector cierran cada ejercicio concediendo a sus empleados todo tipo de beneficios de fin de año: viajes pagados a los mejores resorts de esquí, generosos "bonus" en metálico, coches de lujo… están a la orden del día.
Un ejemplo lo tenemos en la empresa Baidu. Esta firma, desconocida en nuestra mitad del mundo, gestiona uno de los mayores motores de búsqueda del gigante asiático. Pues bien, la fiesta que Baidu ha organizado para conmemorar el Año Nuevo Lunar convocó a la friolera de 18.000 empleados. Los presentes fueron testigos de un espectáculo que el Wall Street Journal ha descrito como "un gran show de bailarinas, modelos de ropa interior y actuaciones musicales protagonizadas por los directivos de la empresa".
No obstante, al margen de la extravagancia inherente a estos fastos, Baidu también aprovecha su celebración anual para repartir las pagas extraordinarias que tanto esperan sus trabajadores. Estos beneficios pueden llegar a suponer la friolera de cincuenta meses de sueldo, en el caso de los trabajadores que mejor desempeño han registrado a lo largo del último año.
Otras empresas del sector apuestan por otras fórmulas. Es el caso de Cheetah Mobile, compañía con sede en Pekín que salió a bolsa en 2014 y se especializa en ciberseguridad. En su conmemoración del Año Nuevo Lunar, los mejores empleados de la empresa se llevaron un BMW a casa como premio. Los directivos de la empresa explican en el Wall Street Journal que este tipo de incentivos buscan "mostrar la fortaleza de la compañía y hacer que los empleados se enorgullezcan".
No todo el sector es capaz de asumir estas políticas de incentivos. Empresas multinacionales que operan en China reconocen que no pueden aprobar semejantes gastos y luego justificarlos ante sus jefes en otros países. Por otro lado, las compañías ligadas al Estado también se ven obligadas a actuar con una mayor cautela, debido a los posibles escándalos políticos que podría despertar un mayor seguidismo del resto del sector a la hora de diseñar las políticas de incentivos.