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La 'gaviota' del PP se transforma en 'halcón' cuando se habla de Grecia

El Gobierno de Rajoy se alineaba, hasta hace poco, con Italia, Portugal o Grecia. Hoy, sin embargo, apoya a Berlín. ¿Por qué?

El Gobierno de Rajoy se alineaba, hasta hace poco, con Italia, Portugal o Grecia. Hoy, sin embargo, apoya a Berlín. ¿Por qué?

"Los Estados tenemos una responsabilidad con independencia de quien nos gobierne, y quien gobierna asume los compromisos que, como Estado, Grecia heredó de procesos anteriores". No son declaraciones de un ministro germano, sino de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, tras la reunión del Consejo de Ministros del viernes.

La mano derecha de Mariano Rajoy destacó los compromisos que España ha mantenido con Grecia y el pueblo griego en los últimos años, como los cerca de 25.000 millones de euros aportados al rescate internacional del país heleno, pero, "con independencia de quien gobierne, se tienen que cumplir los compromisos", insistió.

Sorprende esta posición, puesto que, hasta hace poco, existía un claro distanciamiento entre Moncloa y Berlín, al tiempo que era evidente su alineamiento con otros socios en dificultades económicas, como es el caso de Portugal, Italia o la propia Grecia. Hoy, sin embargo, el PP respalda la ortodoxia de Angela Merkel y otros países ricos del norte con el nuevo Ejecutivo griego de Syriza, con Alexis Tsipras a la cabeza.

En la Comisión Europea, quince días después del veredicto de las urnas, las posturas no se han movido un milímetro. "Nadie tiene interés en dar un salto al vacío", aseguran fuentes diplomáticas a esRadio Bruselas. Como también han resaltado en público diversas autoridades europeas en la última semana, subrayan que "es muy legítima la voluntad popular, pero que pacta sunt servanda", es decir, lo pactado obliga. "Y el que no cumpla las reglas, debe atenerse a consecuencias", remachan.

El lenguaje es más duro en unas capitales que en otras, y a nadie se le ha escapado la severidad del Gobierno español. "¿Es De Guindos el nuevo halcón de la zona euro?", pregunta la prensa a una alta fuente diplomática. "Desde luego, lo es del cumplimiento de las reglas y del qué hay de lo mío", responden en alusión a los 25.000 millones de euros que, como no se cansó de repetir el ministro De Guindos en el pasado Eurogrupo, Grecia debe a España.

Hace apenas un par de años, cuando España estaba al borde de la quiebra, los mensajes de Moncloa eran muy diferentes. Desde el Gobierno de Rajoy se insistía, una y otra vez, en la necesidad de que la UE arrimara el hombro para solventar la grave tormenta financiera que se cernía sobre el país, en alusión, sobre todo, al apoyo del BCE (compras masivas de deuda). De hecho, en los momentos de mayor tensión, durante la primera mitad de 2012, cuando la prima de riesgo batía niveles récord, desde Moncloa se llegó a analizar el coste que tendría para España salir del euro.

Las razones de Moncloa para acercarse a Merkel

El radical giro del PP no es casual y el interés de presentar a España como alumno aventajado, con la consiguiente coreografía de poli malo que tanto ha llamado la atención de la prensa extranjera, coincide con una campaña, no precisamente autonómica o regional, sino del propio ministro de Economía, Luis de Guindos, por la silla del actual presidente del Eurogrupo, Jeroem Dijsselbloem.

El holandés ya manifestó en el pasado su intención de agarrarse a la silla una vez vencido su mandato el próximo mes de junio, pero De Guindos no olvida su batalla y está dispuesto a hacer méritos, también a costa de endurecer su lenguaje. "España defiende el trato equitativo a todos los países, también a Grecia, y no veo por qué debería perjudicar eso la candidatura de De Guindos", analiza una fuente diplomática.

El cambio ha venido acompañado de la letanía oficial recitada desde los despachos de Bruselas que reciben consignas de Madrid. "España es ahora un ejemplo", aseguran reproduciendo un discurso también coreado por el presidente Mariano Rajoy, que lo presenta como el que sería el mayor éxito de su Gobierno. "España evitó el rescate y ahora está haciendo las cosas bien", es también una frase escuchada en las plantas nobles de la Comisión Europea.

Con todo, tampoco los Gobiernos de Hollande (Francia) o Renzi (Italia), teóricamente más proclives a los guiños anti-austeridad, se han atrevido a salirse de esa partitura, por lo que el margen de maniobra del nuevo Gobierno de Syriza se presenta escaso en vísperas de una semana de intensas negociaciones.

"¿De verdad un partido de izquierda radical pretende ganar credibilidad en Europa estrenando su mandato pidiendo un tratamiento especial, precisamente Grecia, que ha tenido ya muchos tratamientos especiales desde 2010?", se exaspera una fuente conocedora de las negociaciones helenas desde el comienzo de la crisis.

El miércoles serán los ministros de Economía de la zona euro los que exploren posibles salidas al laberinto griego, en vísperas de una cumbre en la que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se encontrarán con el propio nuevo primer ministro Alexis Tzipras. Si se les atraganta el almuerzo dependerá, en gran medida, de cómo se les dé a los ministros las negociaciones en la madrugada anterior.

"Una mente maquiavélica diría que a España le vendría bien que a Grecia le saliera mal la jugada para calmar el auge de Podemos", se oye en el edificio del Consejo. Y, efectivamente, no es ningún secreto para asesores políticos y analistas económicos que la dureza que exhibe ahora el PP contra Grecia tiene también mucho que ver con la particular situación de España, en donde el populismo también está experimentando su particular auge a través de Podemos. Si Syriza se sale con la suya y la troika cede a sus demandas, el espaldazaro a las soflamas de Podemos sería más que evidente.

El Eurogrupo se reunirá el miércoles

Los ministros de Economía de la eurozona celebrarán una reunión extraordinaria sobre la situación de Grecia el próximo miércoles 11 de febrero, justo un día antes del Consejo Europeo informal del 12 de febrero, en pleno enfrentamiento entre el nuevo Gobierno de Syriza y sus socios europeos por el rescate y la deuda. El objetivo de la reunión es precisamente preparar la cumbre, la primera a la que asistirá Tsipras, y llevar a cabo una "primera ronda" de negociaciones con el nuevo Gobierno griego, según fuentes diplomáticas.

"No hay que esperar un gran resultado", aseguran las fuentes. No obstante, el 11 de febrero es cuando entra en vigor la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de dejar de aceptar la deuda helena como garantía en sus operaciones de liquidez, lo que cortará una importante fuente de financiación a la banca griega y aumenta la presión sobre Atenas para llegar a un acuerdo con sus acreedores.

El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, ha sugerido que el momento de las decisiones sobre el futuro del rescate griego debería ser ya en el siguiente Eurogrupo del 16 de febrero. El 28 de este mes concluye la prórroga del rescate pactada con el anterior Gobierno de Atenas y, si no hay acuerdo, Grecia quedaría sin cobertura de la UE. El nuevo Gobierno de SYRIZA rechaza pedir una nueva prórroga para seguir negociando, pese a las presiones de Bruselas, informa Europa Press.

El del 11 de febrero será el primer Eurogrupo al que asista el nuevo ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, que acaba de concluir una gira por las principales capitales europeas cuyo objetivo era recabar apoyos a las peticiones de su Gobierno de revertir la austeridad y aligerar la deuda griega. Pero Varufakis ha encontrado escasa receptividad a sus demandas, en particular en Alemania, que se niega a desmantelar la troika, le exige que cumpla los compromisos asumidos por el anterior Ejecutivo heleno y rechaza cualquier quita en la deuda.

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