Aunque se venía considerando esa posibilidad desde hace meses, Expansión confirma este lunes el fichaje del catedrático de economía Luis Garicano por Ciudadanos. Junto a Albert Rivera presentará el próximo 17 de febrero en el Círculo de Bellas Artes de Madrid el programa económico de la formación, que según la última encuesta de Metroscopia sería la cuarta fuerza política de España en las próximas elecciones generales con un 12% de los votos. En el programa también está trabajando el expresidente de la CNMV Manuel Conthe.
Garicano, un vallisoletano de 48 años casado con una holandesa y con dos hijos, tiene una larga trayectoria en el mundo académico, donde ha recalado en instituciones tan prestigiosas como la London School of Economics. Fue allí cuando, a principios de 2009, protagonizó una de las anécdotas más citadas por los cronistas de la crisis: aquella en la que la reina Isabel II les preguntó airadamente a los profesores de la Universidad, Garicano entre ellos, que cómo era posible que nadie hubiese dado la voz de alarma sobre la Gran Recesión.
En los últimos años se ha hecho muy conocido como analista en prensa y televisión y como uno de los impulsores del blog, más tarde convertido en libro homónimo, Nada es Gratis. Aunque antes de las elecciones de 2011 se le vinculaba al PP -su nombre llegó incluso a sonar en las quinielas como ministro de Economía- un artículo publicado en junio de 2012 en El País junto a sus compañeros Jesús Fernández-Villaverde y Tano Santos, en el que abogaba a las claras por la sustitución de Mariano Rajoy y todo su Gobierno por un gabinete tecnocrático, a imagen y semejanza de lo ocurrido por entonces en Grecia e Italia, le hizo caer en desgracia en la Moncloa y, según algunas informaciones, precipitó su salida de la Fundación Fedea. Personas que lo conocen de cerca afirman que hay mucha historia detrás de ese artículo y que incluso fue inspirado por sectores del PP, al tiempo que admiten que Garicano, a diferencia de Fernández-Villaverde y Santos, tiene verdadera ambición política: "Él se ve en unas listas electorales, le gusta la batalla". Garicano encaja mal las críticas por esa tribuna, sobre todo cuando algunos opinadores lo tildan de "golpe blando" una expresión que le irrita hasta el punto de reprochársela por mensaje privado de Twitter a alguno de sus detractores.
No menos polémico fue otro reciente artículo en El Mundo en pleno proceso del 9-N, replicado en el mismo diario por los editores de ¿Hay Derecho? Ignacio Gomá y Elisa de la Núez en el que el rutilante fichaje de Ciudadanos elogiaba la inmersión obligatoria en catalán "funciona bien, y el hecho innegable (a pesar de la histeria) es que sí logra que los niños hablen bien ambas lenguas" al tiempo que pedía "encontrar maneras de reconocer la diferencia de Cataluña". Todo bajo la propuesta genérica de una reforma estatutaria y constitucional pactada entre PP, PSOE y CiU, sin una sola mención a Rivera o Ciudadanos.
Las miguitas dejadas por Rivera
A la espera de lo que se aclare el 17 de febrero, el discurso económico de Ciudadanos, uno de los aspectos que debe perfilar en su expansión nacional, viene marcado por la defensa de los autónomos y los pequeños empresarios y por una tercera vía entre quienes defienden el gasto y el déficit como salida a la crisis y quienes abogan, en palabras del propio Rivera, por una "austeridad sin impulso a la economía".
Rivera ha criticado siempre, como en esta entrevista en Libertad Digital, la subida de impuestos del PP, a la que acusa de provocar un aumento del paro.