El Banco Central Europeo (BCE) comprará 100.000 millones de euros de deuda pública española hasta 2016 dentro de su programa QE, según las estimaciones preliminares del Banco de España.
El gobernador del organismo, Luis María Linde, ha avanzado este dato durante su intervención en la presentación del Anuario del euro 2014, donde ha recordado que el BCE anunció esta medida de estímulo monetario el pasado 22 de enero.
Así, ha precisado que el tamaño de este programa es "ambicioso", ya que alcanza los 60.000 millones de euros cada mes hasta 2016. Las compras se iniciarán en el mes de marzo y, en principio, se contempla que se mantengan hasta septiembre del año que viene, "si bien el consejo del BCE se reserva la opción de prorrogarlas si la trayectoria de inflación no fuera consistente con el objetivo de situarla a medio plazo en una tasa cercana al 2%".
Linde también ha hecho hincapié en que el programa requiere que los títulos públicos tengan, al menos, grado de inversión o que, en caso de no tenerlo, sus emisores estén sujetos a un programa de asistencia por parte de las autoridades europeas y el FMI.
"Son condiciones similares a las que se aplican en los requerimientos sobre el colateral elegible en las operaciones de política monetaria y a las contempladas, en agosto de 2012, en el anuncio del programa de compras de bonos soberanos conocido como Outright Monetary Transactions (OMT, según sus siglas en inglés)", ha apuntado.
Compras
Las compras de títulos públicos podrán ser de un 12% de deuda emitida por instituciones supranacionales europeas y el 88% restante de bonos soberanos y agencias de cada país conforme a su clave en el capital del BCE. Los bancos centrales nacionales comprarán las emisiones de instituciones europeas y la mayor parte de los bonos nacionales.
Finalmente, el gobernador del Banco de España ha recordado que el acuerdo alcanzado implica que en el caso hipotético de pérdidas derivadas de estas operaciones, los bancos centrales nacionales asumen los riesgos de sus compras de bonos nacionales, "siendo compartido entre todos los miembros del Eurosistema el riesgo de las compras de bonos de instituciones europeas y el de las compras de soberanos por el BCE".