Desde hace años, el Banco Central Europeo (BCE) se ha resistido a aplicar medidas de expansión cuantitativa comparables a las desplegadas por la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) o los bancos centrales de Inglaterra y Japón. No obstante, en Frankfurt se da por sentado que Mario Draghi dará su brazo a torcer a lo largo de las próximas semanas, aceptando la necesidad de adoptar medidas de expansión cuantitativa.
El recelo de Alemania actúa contra los planes maximalistas de quienes apoyan la medida y limitará el alcance de las nuevas intervenciones del BCE. No obstante, fuentes consultadas por Libre Mercado dan por sentado que la aprobación del nuevo programa de compra de activos es ya un hecho y la negativa del país teutón solamente servirá para reducir el ámbito de actuación de la medida.
¿A cuánto ascenderá el nuevo manguerazo monetario del BCE? En Frankfurt se habla de 500.000 millones de euros que serían destinados a comprar bonos soberanos con el objetivo de empujar al alza las cifras de inflación. El objetivo es expulsar a las entidades financieras del mercado de la deuda soberana, copando dichas operaciones con dinero de nueva creación y forzando a los bancos a dirigir más financiación al sector privado.
El Tribunal Europeo aprobará la compra de deuda
La semana pasada, el Abogado General del Tribunal de Justicia de la Unión Europea se pronunció favorablemente sobre la legalidad de las llamadas Operaciones Monetarias de Compraventa (OMT, por sus siglas en inglés). Esta vía, empleada puntualmente desde 2012 para comprar bonos soberanos de la Eurozona, había sido cuestionada por el Tribunal Constitucional de Alemania.
Aunque la postura del Abogado General no es definitiva, la norma es que los jueces del tribunal de Luxemburgo acepten sus recomendaciones. El dictamen oficial no se espera hasta mediados del presente año, pero en Frankfurt ya se da por sentado que estas operaciones serán respaldadas por la Corte, lo que blindaría el nuevo programa de compra de activos.
Complicaciones en el sector financiero griego
Frankfurt no solamente está concentrado en diseñar el nuevo programa de compra de activos y encontrar puntos de entendimiento con la escéptica Alemania, también se enfrenta a la creciente tensión financiera que rodea a la economía griega.
En los últimos días, dos entidades helenas han solicitado un préstamo de emergencia al BCE. Se trata de Alpha Bank y de Eurobank, que enfrentan crecientes dificultades de liquidez en un contexto de incertidumbre generalizada.