El 20 de julio de 2011 Bankia, el banco creado tras la fusión de siete cajas de ahorro, salía a bolsa. Era un día importante para su entonces presidente, Rodrigo Rato, que se mostraba exultante en la sede de la bolsa en Madrid. Al hacer sonar la campana ese día, Rato, el Gobierno, el Banco de España y, sobre todo, los clientes de la entidad, no se imaginaban lo que ocurriría en menos de un año. Hoy, todos recordamos con estupor cómo fueron esos fatídicos días de mayo y todo el verano de 2012.
Ahora, tres años después de la salida a bolsa y a dos del rescate, con una situación económica que está lejos de los difíciles momentos que vivió España, el caso Bankia está más presente que nunca. Con Rato imputado por las conocidas tarjetas black y por la salida a bolsa de la entidad, tras el informe de los peritos hecho público hace dos semanas en donde se señala que Bankia salió a cotizar con unas cuentas que "no reflejaban una imagen fiel" del balance.
Ésta es la principal conclusión del informe que dos peritos procedentes del Banco de España le entregaron al juez instructor del caso Bankia, Fernando Andreu. Los expertos denunciaban que tanto en las cuentas de 2010 como las de 2011 había"errores contables" y responsabilizan directamente a la entidad y a sus auditores, Deloitte, de no haber reflejado fielmente el estado de su balance.
La sombra de las dudas volvía a caer sobre Bankia, los gestores que estaban en la entidad en la salida a Bolsa, el Gobierno del PSOE y el entonces gobernador del BdE, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. El mismo día que se hacía público el informe pericial, todos los periódicos se hacían eco del mismo atribuyendo al Banco de España este informe y poniendo en duda que 'ahora' encontrasen "errores" que no vieron en la salida a bolsa.
En ese momento, el organismo, ahora dirigido por Luis María Linde, aclaraba que "los inspectores del BdE designados para llevar a cabo esta función pericial actúan con independencia y a las órdenes exclusivas del juez instructor, sin que su condición de empleados del Banco implique relación alguna con este último en el marco de esta tarea pericial". Las declaraciones políticas al respecto no se hicieron esperar.
La más crítica, la del ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, el miércoles en el Congreso. Guindos, acusó al anterior Gobierno socialista de haber "forzado voluntades" y "mirado para otro lado" en la salida a Bolsa, recordando que esta operación "nunca hubiera sido posible sin el visto bueno del Banco de España y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)".
Este jueves, el Banco de España volvía a la carga y se defendía de las acusaciones del ministro en otro comunicado. El BdE defiende que tanto en la constitución del grupo BFA-Bankia como en la evolución de esta entidad en los años 2011 y 2012 su actuación "se ajustó en todo momento a criterios estrictamente profesionales, respetándose la normativa vigente y los procedimientos establecidos".
Además, recuerda que el Banco de España desempeña sus funciones con autonomía respecto a la Administración General del Estado e insiste en que ha actuado "siempre" con el máximo respecto a las decisiones judiciales. Por último, reitera su "absoluta disposición" a colaborar con la Justicia en cuantas causas o procedimientos se le requiera.
Llegados a este punto, ¿quién tuvo entonces la culpa de la situación? ¿Fueron presiones políticas las que obligaron a hacer la vista gorda a los supervisores para sacar Bankia a bolsa?
Por si la polémica fuese pequeña, ahora son los inspectores del BdE los que se defienden. También a través de un comunicado, la Asociación de Inspectores del Banco de España, manifiesta su "absoluto respaldo a la labor profesional desarrollada por los compañeros", que cuentan con una dilatada experiencia y trabajan con el "máximo rigor e independencia técnica". Además, destacan que el nombramiento de los peritos se realiza por la autorización judicial y "a propuesta y por designación expresa del Banco de España", basándose en su confianza de la capacidad técnica de estos.
Por ello, reiteran el apoyo a sus dos compañeros que ejercieron como peritos de Bankia y destacan que ellos hacen su trabajo con independencia y profesionalidad, ya que "nuestro deber es para con la sociedad y sin ningún tipo de interés sectorial o particular".