Las dudas que planean sobre las cuentas de la empresa de energía y medioambiente Abengoa, unidas a la rebaja de sus previsiones de ingresos para este año, han desplomado su cotización en un 36,55% en la sesión de este viernes, la mayor del Ibex. A la caída de este viernes hay que unir la del jueves cuando perdió un 18,31%.
Este descenso, que sigue al del 18 % registrado ayer, sitúa los títulos clase "B" de la compañía -los más líquidos y los que cotizan en el Ibex 35- en 2,36 euros. Las acciones de Abengoa "B" han llegado a caer más del 50 % durante la jornada e incluso se han hibernado (congelado el precio) temporalmente.
Durante la sesión se han intercambiado más de 183 millones de títulos, por valor de más de 277 millones de euros. Mientras tanto, los títulos "A" han bajado un 24,79 %, hasta los 1,92 euros.
Abengoa mantiene dos tipos de acciones desde que, en septiembre de 2012, su junta modificó los estatutos para introducir un derecho de conversión que permite a los titulares de acciones clase A -con valor nominal de un euro y cien derechos de voto- transformarlos en títulos clase B -con valor nominal de un céntimo y un derecho de voto- hasta el 31 de diciembre de 2017.
El desplome de las acciones se inició desde primera hora de ayer, es decir, cuando empezaron a cotizar los resultados trimestrales de la compañía y sus perspectivas para el conjunto del año.
Abengoa reportó un beneficio neto de 100 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 38 % más, y un resultado bruto de explotación (ebitda) de 1.071 millones, un 24 % más.
Paralelamente, el grupo rebajó sus previsiones de ingresos para 2014 hasta una horquilla de entre 7.400 y 7.500 millones, es decir, con un repunte de entre el 1 % y el 2 % respecto a 2013. Sus anteriores previsiones, anunciadas en julio, estimaban unos ingresos de entre 7.900 y 8.000 millones, entre un 7 % y un 9 % más.
A este factor se añaden algunas dudas sobre las propias en cuentas, en concreto en lo que afecta a la contabilización de una emisión de bonos "verdes" -destinados a la financiación de proyectos sostenibles- lanzada el pasado 30 de septiembre por su filial Abengoa Greenfield, por un importe total de 500 millones de euros.
La propia compañía ha enviado hoy un comunicado a la CNMV para explicar la contabilidad de este bono con el objetivo de "aclarar" lo que considera "un malentendido".
Los bonos "verdes" se han clasificado como "deuda sin recurso en proceso", con lo que se encuentra fuera del capítulo de deuda financiera neta, pero están garantizados "de la misma manera" que el resto de la deuda.
Esta clasificación, según la empresa, obedece a las normas contables porque la emisión sirve como financiación puente, de manera que la caja no puede utilizarse "para ningún otro propósito corporativo" y su financiación se paga con cargo a la deuda a largo plazo.
Por el contrario, la agencia de medición de riesgos Fitch ha defendido hoy la inclusión de estos bonos dentro de su cálculo de la deuda porque están garantizados por la compañía y sus filiales. Por este motivo, explica, su cálculo de la deuda de Abengoa duplica el de la propia empresa.
Fitch añade otros dos factores que explican la "agitación" del mercado: Por una parte, la caída del precio del crudo resta interés a las energías renovables promovidas por Abengoa y, por otros, el potencial cambio político en los Estados Unidos podría alterar la retribución de los negocios de la compañía.
A estos factores podría sumarse que el grupo es uno de los valores favoritos de los inversores bajistas, los que se lucran cuando la cotización cae.