Mientras que el Ministerio de Fomento y los diferentes Gobiernos regionales donde opera Uber han puesto contra las cuerdas a la compañía para alquilar conductor amenazándoles con sanciones, el punto de vista de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) siempre ha sido diferente.
"Hay que ser muy cuidadosos en el desarrollo de la ciencia. Prohibir es una herramienta excesivamente fácil ante estas nuevas aplicaciones que únicamente son fruto del desarrollo de internet". Así respondió el pasado mes de julio el presidente de la CNMC, José María Marín, a las preguntas de los periodistas, tan sólo 15 días después de la huelga de 24 horas que llevaron a cabo los taxistas en Madrid y Barcelona para pedir el cierre de Uber.
"Hay que tratar su regulación con especial cuidado porque es un tema complejo de ordenar y de regular", dijo Marín. De hecho,"estamos deseando que el Gobierno nos pregunte por esta cuestión porque tenemos claro que hay que reflexionar sobre ello", añadió.
Con estas declaraciones, ya se intuía que las actuaciones del organismo regulador no iban a estar enfocadas a impedir su funcionamiento, tal y como solicitaban varios de los sectores altamente regulados en España que veían peligrar su actividad, no sólo con Uber, sino con una larga lista de compañías de economía colaborativa. Primero, fueron los autobuseros con Blablacar; después, los taxistas con Uber y por último, los hoteleros con Airbnb.
Ahora, Competencia da el primer paso ante este fenómeno y lo hace lanzando un guiño a estas nuevas plataformas a través de la elaboración de una consulta pública para recoger las opiniones de los expertos sobre cómo regular a las compañías basadas en la economía colaborativa. Y es que las crisis y la revolución de las nuevas tecnologías han hecho aflorar estos nuevos modelos de negocio, cuyo funcionamiento carece de una regulación específica debido, precisamente, a la corta vida de estas empresas.
"Debido a la repercusión social que están teniendo estas novedosas formas de contratación y de intercambio a través de Internet, la Comisión desea obtener la opinión de todos aquellos agentes interesados en proporcionar su punto de vista y, de esta manera, participar en la elaboración del Estudio", explica Competencia.
"Este modelo de consumo se basa en el intercambio entre particulares de bienes y servicios que permanecían ociosos o infrautilizados; por ejemplo, las plazas libres del coche en un viaje, el domicilio que queda vacío durante las vacaciones, herramientas que se utilizan una o dos veces tras su compra etc, a cambio de una compensación pactada entre las partes. La economía colaborativa cada vez está más presente en la vida cotidiana de los ciudadanos: se estima que esta modalidad de consumo movió en 2013 3.500 millones de dólares durante 2013 a nivel global", añade.
Para el organismo regulador, "es indudable" que este aumento en la oferta y la variedad de los servicios "representa una oportunidad desde el punto de vista de la competencia y, por tanto, del aumento del bienestar de los consumidores". Estas circunstancias hacen "aconsejable que las autoridades de competencia analicen el nuevo fenómeno que significa la economía colaborativa".
La regulación, en tres etapas
En la primera fase de la consulta, la CNMC parte de las bases teóricas que sustentan la regulación en general y, de forma aplicada, analiza los fundamentos que justificarían la regulación tradicional en dos de los sectores en los que el consumo colaborativo ha tenido mayor repercusión: el de transporte de viajeros (taxi y autobús) y el del alojamiento hotelero. Asimismo, plantea una serie de preguntas sobre la justificación teórica de la normativa vigente, su necesidad y los problemas que genera.
Para garantizar una aportación de ideas eficaz, los interesados en participar (empresas y consumidores) podrán remitir sus comentarios a través del site que la CNMC ha habilitado en su web hasta el próximo día 27 de noviembre. Las aportaciones que respondan a las preguntas planteadas podrán ser publicadas y se tendrán en cuenta en la elaboración del documento final.
Una vez terminada esta primera fase de la consulta, se analizarán otros dos aspectos: los efectos sobre el mercado de los nuevos modelos de prestación de servicios, y la necesidad de la regulación conforme a las nuevas circunstancias del mercado.
La CNMC, una vez finalizada la consulta en sus tres fases, publicará una serie de recomendaciones que garanticen la aplicación de una regulación eficiente a la economía colaborativa, en beneficio de los consumidores y, al mismo tiempo, fomenten el desarrollo adecuado de la competencia entre los implicados.