Viajes de ocio, boutiques de lujo, comidas en los mejores restaurantes, reintegros en efectivo de los que se desconoce el destino... Estos son algunos de los gastos del penúltimo escándalo de malas prácticas de los gestores de las cajas de ahorro, las archiconocidas 'tarjetas black'. Sin embargo, parece que estas prácticas, que muchos han querido ligar a la 'picaresca española', no son exclusivas de nuestro país.
En EEUU, el Gobierno federal ha gastado, al menos, 20.000 millones de dólares de los contribuyentes en compras opacas (confidenciales) de todo tipo de productos, según una investigación de NBC Washington. Aunque estas prácticas no son iguales a lo ocurrido en Caja Madrid, sí tienen más de una coincidencia, según revela el blog Barcepundit.
En España, 83 consejeros y directivos de Caja Madrid derrocharon más de 15 millones con tarjetas fantasma entre 2003 y 2012. No eran las tradicionales tarjetas corporativas para cubrir gastos de representación, ya que eran de uso personal y presentaban varias irregularidades. Ahora, la Justicia tendrá que dictaminar la existencia o no de delito.
Salvando las distancias, la cuestión es que los empleados del Gobierno federal habrían gastado al menos 20.000 millones de dólares en los últimos meses a través de una serie de tarjetas facilitadas por sus respectivas agencias y organismos públicos.
Estas compras son, en la mayoría de casos, confidenciales y, por tanto, no se dan a conocer públicamente por los entes. Sin embargo, la investigación realizada por la News4 I-Team ha tenido acceso a algunos datos gracias a la Ley de Libertad de Información. Así, por ejemplo, los empleados de una de estas entidades públicas gastaron en apenas un año 30.000 dólares en bebidas y productos de Starbucks Coffee.
Además, según desvela una auditoría interna realizada por el Gobierno federal, muchas de las compras realizadas por los funcionarios son inapropiadas o innecesarias, como el pago de gimnasios, la compra de ropa en tiendas de moda o la reserva de habitaciones en hoteles con fines puramente personales, entre otras partidas.