La Comisión Europea (CE) acaba de arrojar un jarro de agua fría sobre las previsiones económicas del Gobierno, invalidando de paso el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2015 en caso de que, finalmente, se cumpla su pronóstico.
Bruselas ha revisado a la baja su estimación de crecimiento para España en su informe macroeconómico de otoño publicado este martes, situándola por debajo de la que prevé el Ejecutivo del PP.
En concreto, los expertos de las Comisión avanzan que el PIB nacional aumentará un 1,7% el próximo año, mientras que la economía de la zona euro crecerá un 1,1%. Asimismo, la tasa de paro bajará ligeramente, hasta situarse en el 23,5%, el déficit caerá al 4,6% y la deuda pública rondará el 101% del PIB.
Aunque, a primera vista, estos datos puedan parecer positivos, el problema de fondo es que empeoran las previsiones que ha empleado el Ministerio de Hacienda para elaborar las cuentas públicas del próximo ejercicio.
Los PGE parten de la base de que España crecerá un 2% en 2015 y la zona euro avanzará un 1,6%. Ambos datos son claves para explicar la reducción del paro al 22,9% y del déficit al 4,2%, tal y como también prevé el Gobierno. La deuda es el único indicador en el que coinciden Bruselas y Moncloa (101%).
A priori, parecen diferencias leves, pero si la economía crece menos de lo previsto, dicha desviación se traducirá en más gasto público y menos recaudación de impuestos, de modo que, en ausencia de ajustes adicionales, el déficit público será mayor, tal y como acaba de estimar Bruselas: España incumplirá el objetivo de déficit público en 2015 (4,6% frente al 4,2% que prevén los PGE) si el PIB crece un 1,7% en lugar de un 2%.
Y ello, sin tener en cuenta que los ingresos fiscales están inflados en los PGE, con lo que el desvío podría ser incluso superior. Tal y como avanzó Libre Mercado, el reciente frenazo económico que ha registrado la zona euro obligó al Gobierno a enfriar sus previsiones económicas para 2014, desde el 1,5% al 1,3%, pero Moncloa se negó a revisar a la baja el pronóstico del próximo ejercicio. Como consecuencia, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se ha jugado los PGE de 2015 a una única carta, la de la recuperación económica, con el elevado riesgo que ello supone.
La revisión a la baja de Bruselas desmiente la tesis del Gobierno, y no tanto por el menor crecimiento de España como por la fuerte desaceleración que prevé para el conjunto de la economía europea. La CE estima que la zona euro apenas crecerá un 1,1%, muy por debajo de lo que calcula el Gobierno (1,6%).
En este sentido, la Comisión advierte de que el PIB de España podría ser incluso inferior al 1,7% si el frenazo de la eurozona empeora. "Los riesgos a la baja no son insignificantes, en particular si la recuperación en la eurozona es más lenta de lo esperado", indica el informe. Por el momento, la economía ya ha empezado a mostrar los primeros síntomas de desaceleración, tanto a nivel de crecimiento como de creación de empleo.