Allá por los años 90, en su recordada visita a la capital española, el artífice del sistema de pensiones de ahorro individual, José Piñera, propuso que el Gobierno español vendiese sus lujosas sedes madrileñas. Como ejemplo, el economista chileno citó la Plaza de Cibeles, un centro neurálgico de la ciudad que, casi veinte años después, sigue rodeado de edificios públicos.
Pues bien, el viejo reclamo de Piñera bien podría haber servido como inspiración al Gobierno británico, ya que el Ejecutivo de David Cameron acaba de presentar un documento de Estrategia Inmobiliaria en el que se compromete a reducir drásticamente el número de palacios burocráticos ubicados en el centro de Londres.
Más concretamente, Cameron quiere que baje de 143 a 23 el número de edificios que el Ejecutivo central maneja en el centro de la ciudad. El ajuste se apoya en dos ejes de trabajo: el primero, un mejor uso de las instalaciones; el segundo, el traslado de sedes a zonas bien conectadas y con un suelo más asequible.
La Estrategia Inmobiliaria de Cameron no es una novedad. Desde 2010, el Ejecutivo británico ha reducido en 1.650 edificios el número de sedes gubernamentales repartidas por el país. En ocasiones vía subasta y en otras vía rescisión de contratos de alquiler, esta apuesta ha ahorrado unos 600 millones de libras de gasto corriente en las cuentas públicas, al tiempo que ha reportado al Tesoro unos ingresos de 1.400 millones de libras.
Las cifras son claras y rotundas. Que un trabajador público esté ocupado en una u otra sede puede suponer un diferencial de costes superior a las 30.000 libras anuales. Cuando se extiende este ahorro a la mitad de los empleados públicos, resulta evidente que el plan de la Administración Cameron tiene mucho sentido.
Solamente entre 2012 y 2013, el número de metros cuadrados por empleado público ha bajado de 13 a 11,9. Esto sitúa a las islas británicas en un plano mucho más austero y eficiente que Canadá (15), Holanda (20) o Finlandia y Dinamarca (25).
Visualizando el cambio
El siguiente mapa muestra todas las sedes del Gobierno británico que hoy están ubicadas en el centro de Londres:
Una vez finalizado el plan Cameron, el resultado sería completamente diferente: