La fuerte tensión que han registrado los mercados estos últimos días responde a importantes problemas económicos de fondo, pero también a relevantes cuestiones políticas.
Los datos que apuntan a una creciente debilidad de la economía europea es la base sobre la que se asienta el miedo de los inversores. El estancamiento de Francia e Italia y, sobre todo, el inesperado frenazo de la locomotora alemana han terminado desatando el pánico a la llegada de una tercera recesión en la zona euro.
Y en este escenario de debilidad e incertidumbre, cualquier chispa puede provocar un incendio. En este caso, una de las principales espitas ha sido, una vez más, Grecia.
Las dudas sobre la solvencia de sus grandes bancos y, especialmente, la intención del Gobierno heleno de abandonar el programa de rescate europeo antes de tiempo han sido los dos factores que, en gran medida, explican el desplome de la bolsa griega y el sustancial repunte de su prima de riesgo, con el consiguiente contagio al resto de mercados continentales.
Sin embargo, existe un factor de fondo que, según apuntan numerosos analistas, es el desencadenante inicial de esta nueva tormenta, y éste no es otro que la posibilidad, cada vez más cercana y probable, de que los comunistas de Syriza conquisten el poder político en Grecia.
Votación clave en febrero
Una nota divulgada por el banco estadounidense Citi la semana pasada aportaba un dato esencial. La votación que tendrá lugar el próximo mes de febrero para relevar al actual presidente de Grecia, Karolos Papoulias, corre el riesgo de desembocar en la convocatoria de elecciones anticipadas, con el consiguiente ascenso al poder de Syriza y su líder, Alexis Tsipras.
La coalición que gobierna en Grecia, formada por el partido conservador Nueva Democracia y el socialista Pasok, carecen de la mayoría necesaria para que se produzca el relevo, y Syriza lleva meses advirtiendo de que bloqueará cualquier elección, forzando así las elecciones anticipadas.
El Ejecutivo necesita el apoyo de tres quintos de la cámara, una mayoría de de 200 diputados en las primeras dos rondas de votación y un total de 180 votos en la tercera y última ronda. Pero la actual configuración del Parlamento dificulta mucho la elección, ya que Syriza y los Independientes han anunciado que votarán en contra, mientras que el Partido Comunista y los nazis de Amanecer Dorado están a años luz de las posiciones que defiende el Gobierno.
¿Resultado probable? Parálisis política y convocatoria de elecciones anticipadas. Si bien las elecciones generales deberían celebrarse regularmente en 2016, el adelanto electoral se ve cada vez más cerca. El Gobierno necesitará obtener al menos 180 votos (tres quintos de la cámara) para imponer a su candidato y, de no lograrlo, la legislación prescribe forzosamente la convocatoria de elecciones anticipadas.
Syriza lidera todas las encuestas
Y es justo aquí donde entra en juego la segunda variable a tener muy en cuenta. Las últimas encuestas electorales otorgan la victoria a Syriza. El siguiente gráfico resume la situación política griega y explica el miedo de los inversores:
Los comunistas de Syriza (un partido muy similar a Podemos en España) lograrían la mayoría con el 35,5% de los votos estimados y 150 escaños, mientras que Nueva Democracia (el PP griego) y Pasok (PSOE) se desplomarían aún más. Además, cabe recordar que, según las reglas electorales que rigen en Grecia, al partido o coalición que venza en los comicios, aunque sea por la mínima, logra 50 escaños extra para gobenar con mayoría absoluta.
Y no son ni una ni dos las encuestas que avanzan la victoria de Tsipras en las urnas. Este avance es, precisamente, el que explica las prisas del Gobierno heleno por salir cuanto antes del programa de rescate. El primer ministro griego, Andoni Samarás, ganó el pasado fin de semana en el Parlamento griego el voto de confianza que había solicitado para asegurarse la estabilidad interna de cara a las difíciles negociaciones con la troika en los próximos meses.
En su intervención, Samarás prometió una salida del programa de rescate, así como la financiación por medios propios a partir del próximo año, en el que Grecia, dijo, registrará un déficit cero y por fin crecimiento económico. "Ni siquiera vamos a necesitar los últimos tramos del préstamo", sostuvo.
Estas prisas por salir del rescate responden al fuerte ascenso que está experimentando Syriza entre los electores, ya que el principal partido de la oposición ha centrado casi toda su estrategia política en cargar contra la troika -Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional-.
En este sentido, el discurso de Tsipras recuerda mucho al del líder de Podemos, Pablo Iglesias, en España. De hecho, ambos son firmes aliados y socios en el Parlamento Europeo. Así, mientras que para Tsipras el principal enemigo de Grecia es la "troika" internacional, Iglesias centra su diana en la "casta" nacional. Y lo que preocupa a los mercados es que la fórmula está dando resultados.
El Gobierno heleno se ha apresurado a anunciar el fin del rescate para tratar de frenar a Syriza en las encuestas, pero la posibilidad de elecciones anticipadas ha disparado el temor a que los comunistas conquisten el poder. Las encuestas electorales han dado a Syriza una ventaja sustancial frente a los conservadores de Nueva Democracia, y por primera vez ha colocado al principal partido de oposición claramente por delante de la suma de los dos partidos de la coalición gubernamental.
Habrá que esperar a la votación de febrero para saber si se adelantan o no las elecciones generales. El resultado dependerá, en última instancia, de los Independientes, en su mayoría antiguos miembros de Nueva Democracia y Pasok, y que, a priori, son los únicos que podrían cambiar el signo de su voto a última hora para respaldar al Gobierno, aunque, por el momento, mantienen su rechazo.
El programa suicida de Alexis Tsipras
En caso de elecciones anticipadas, poco importa que Bruselas se haya apresurado este jueves a prometer el apoyo financiero "necesario" a Grecia, incluso fuera del programa de rescate, ya que Tsipras amenaza con el impago soberano de todas formas. "No reconoceremos ningún acuerdo con los acreedores que no cuente con el apoyo de Syriza", recalcó el líder de Syriza la semana pasada, tras dar por hecho la convocatoria de elecciones anticipadas y una victoria de su partido.
Basta repasar los principales ejes de su programa político para entender el nuevo pánico que muestran los inversores hacia Grecia: impago, impago e impago es su gran lema. La Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) está formada por diversos movimientos ecologistas y comunistas con un nexo común, que no es otro que rechazar el rescate internacional de la troika.
El plan de acción de Tsipras se resume en cinco puntos:
- Cancelación de los acuerdos de rescate financiero, principalmente, las obligaciones contraídas de recortar salarios y pensiones.
- Derogación de las leyes que perjudican los "derechos de los trabajadores", en alusión a las reformas laborales llevadas a cabo.
- Aumento de la "justicia social" (más gasto público).
- Nacionalización de entidades bancarias.
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Creación de un comité internacional para averiguar las causas del déficit público griego y paralizar el pago de la deuda (exige una moratoria temporal, lo cual, técnicamente, implica la quiebra del país), sin descartar la posible salida del euro en caso necesario.
Es decir, Syriza defiende la suspensión de pagos del Estado griego y revertir los mínimos e insuficientes ajustes y reformas que ha aplicado Atenas durante estos años de crisis. Un programa muy similar al que, por cierto, defiende Iglesias para España. El líder de Podemos asistió recientemente a un acto político organizado por Tsipras en Grecia en el que, entre otra perlas, lanzó los siguientes mensajes:
Los revolucionarios no se definen por las camisetas que llevan, no se definen por convertir los instrumentos teóricos en religión. La obligación de un revolucionario no es hacerse fotos con la hoz y el martillo, la obligación de un revolucionario es vencer […]
Dejadme contaros una anécdota. Tras un mitin de Podemos en Zaragoza durante nuestra campaña electoral se nos acercó un hombre. Me dijo: "Soy oficial del Ejército del Aire. Quiero que sepas que muchos de nosotros estaríamos dispuestos a defender la soberanía y los derechos sociales frente a la amenazas de la troika". Así son los militares que necesitamos [...]
El mañana es nuestro compañeros.