El paro es un drama que golpea con especial gravedad a España en estos largos años de crisis, pero su intensidad también varía en función del perfil concreto de cada desempleado, especialmente a quienes llevan más de un año sin trabajo.
Según el último boletín laboral de Asempleo publicado este jueves, la patronal de empresas de trabajo temporal, la Encuesta de Población Activa (EPA) arrojará en el tercer trimestre una creación neta de 159.000 puestos de trabajo, un aumento del 1,6% interanual, elevando la ocupación en un total de 377.000 personas en lo que va de año. De este modo, el número de parados bajaría hasta los 5,52 millones y la tasa deparo descendería en medio punto porcentual, hasta situarse en el 23,97%.
Sin embargo, a pesar de esta mejoría, "el desempleo de larga duración sigue siendo muy elevado y cada vez más preocupante", aclara el informe. A mediados del presente ejercicio, España contaba con cerca de 3,5 millones de parados de larga duración (más de un año buscando empleo), casi el 62% del total de parados.
Y el principal problema es que la probabilidad de que encuentre un empleo es hoy de apenas un 6,7%, muy inferior a la del que lleva menos de un año en esa situación (26,5%). "El aumento de las transiciones del desempleo a la ocupación se está concentrando en los parados de corta duración y no así en los que llevan más tiempo en esta situación, no siendo partícipes de la incipiente mejora del entorno económico", aclaran los expertos.
"Hace un año, la probabilidad de encontrar un empleo llevando desempleado menos de 12 meses era del 19,8%, 6,7 puntos porcentuales más baja que en la actualidad, mientras que la de un desempleado de larga duración era similar al nivel en el que se encuentra a día de hoy", añaden.
La "obsolescencia del trabajador", en términos de pérdida de habilidades laborales desconocimiento de los cambios producidos en su sector económico durante su permanencia en el desempleo, es una de las principales causas. Por ello, "la reincorporación de los parados de larga duración al mercado de trabajo supone un verdadero reto para los servicios públicos de empleo, así como para cualquier empresa de intermediación laboral", afirman.
Asimismo, dentro del colectivo de parados de larga duración, la diferencia de probabilidad de encontrar un empleo difiere en función de la edad y nivel de formación del desempleado, pero no se observa ningún tipo de diferencia cuando se analiza el género y la nacionalidad del mismo.
En concreto, la probabilidad es más baja entre los parados jóvenes y mayores de 55 años, con bajo nivel de formación. Los parados con escasa experiencia laboral (jóvenes) y los que cuentan con más de 55 años son los colectivos con menor probabilidad de éxito en su búsqueda de empleo (4,2% y 2,4%), lo cual guarda relación, en el primer caso, con su elevada tasa de paro (53,1% en el segundo trimetsre) y, en el segundo caso, con el riesgo de desprotección previo a su jubilación.
La probabilidad es también baja entre aquellos parados con bajo nivel de formación (4,1%). Los parados más cualificados, además de soportar tasas de paro más bajas (14,5% frente al 39,9% de aquellos que cuentan con un nivel de formación bajo), presentan también una alta probabilidad de encontrar un trabajo cuando están desempleados (10,3%).
Por último, las regiones con mayor proporción de parados de larga duración son también las que soportan las probabilidades de transición más bajas, lo que alarga su ya dilatada permanencia en el desempleo y cronifica, aún más, si cabe, este problema.
Es el caso de las Islas Canarias y Castilla-La Mancha. En el lado contrario destaca Islas Baleares, que, además de tener un problema de desempleo de largo plazo menor que el resto de regiones, su dinamismo económico, probablemente como consecuencia de los intensos flujos turísticos y el buen comportamiento de la hostelería, está permitiendo que algo más del 11% de los desempleados de larga duración se reenganchen en el mercado de trabajo.