Hace apenas poco más de un año, tres amigos decidieron iniciar la aventura de crear un negocio propio. Ignacio, José Juan y David se conocieron en Madrid cuando los tres, procedentes cada uno de una comunidad autónoma diferente, se instalaron en Madrid para comenzar sus estudios universitarios. Se conocieron en el colegio mayor donde residían y se hicieron amigos.
Cuando terminaron cada uno sus estudios (Administración y Dirección de Empresas y Derecho, Teleco e Industriales) tuvieron la suerte, gracias a su perfil y formación, de encontrar buenos trabajos con unos sueldos de cerca de 50.000 euros anuales.
Sin embargo, el gusanillo del emprendimiento había estado desde siempre en sus cabezas hasta que hace apenas un año decidieron dejarlo todo y crear Oviceversa, una startup especializada en la reserva online de viajes deportivos que ha logrado alcanzar ya el millón de euros de facturación. Todo comenzó con un pacto de socios entre tres amigos por lo que pudiese pasar a partir de ese momento.
Este pacto de caballeros, tal y como nos cuenta Ignacio en una entrevista con Libre Mercado, fue fundamental desde el inicio y regula prácticamente todos los aspectos de su nueva relación que es muy parecida a un matrimonio, como comenta entre risas este emprendedor.
Pregunta: ¿Qué es lo primero que reguló ese pacto de socios?
Respuesta: La primera norma que reguló este pacto es que los tres teníamos que abandonar nuestro puesto de trabajo el mismo día para que ninguno se desmarcase del resto dejando a los otros en cuadro. Ahora, y a raíz de las rondas de inversión regula absolutamente todo.
¿Qué pasos disteis al lanzar Oviceversa?
Estuvimos haciendo un análisis de competidores. Unos eran tecnológicamente potentes y habían tenido crecimiento en los últimos años. Luego había otro grupo de unos diez que tenían una tecnología bastante precaria y que sus ganancias habían sido decrecientes. Entonces dijimos: "vamos a intentar ir a este mercado porque vamos a tener mejor tecnología que ellos".
El problema de un negocio como este, dedicado exclusivamente al esquí es marcadamente estacional...
Claro, como lo del esquí es tan estacional pensamos en buscar otra línea de negocio que nos pueda complementar. Entonces creamos dosnoches.com. Nosotros creemos que no podemos competir vendiendo sólo hoteles así que vendemos noche de hotel con entradas a parques temáticos, de animales, visitas guiadas, visitas a monumentos históricos... esa es la idea.
¿Qué balance hacéis de estos meses?
Estamos muy contentos porque estamos creciendo mucho. Estamos en una fase expansiva pero nosotros con los crecimientos que hemos pactado con nuestro inversores estamos contentos. Operativamente vamos a no perder y a crecer lo máximo posible porque al final nuestro negocio necesita cuatro millones de facturación para ser viable. Queremos llegar ahí lo antes posible.
Habéis hecho rondas de financiación, ¿cómo se consigue generar la confianza suficiente para que inviertan su dinero en vuestra idea?
La única manera es con números. Nosotros estamos invertidos por varios fondos de inversión y venture capital. Al final un inversor lo que te pide son números. Nosotros de capital inicial pusimos muy poquito, 24.000 euros, y con esos 24.000 euros fuimos capaces de vender medio millón de euros en esquí. Al final tienes que mostrar números, la gente no confía en ideas ni en personas, tienes que mostrar números.
Ultimamente hay términos que se están poniendo cada vez más de moda pero que es una simple forma de llamar al empresario de toda la vida. ¿Qué crees que diferencia a una empresa emprendedora, de una startup o de un empresa?
En nuestro caso, hemos dejado los trabajos para ganar más dinero, pero es todo tan competitivo que es muy difícil que una empresa dure como antes 50 años. Pero al final es lo mismo, hablamos mucho de innovación, pero al final tu tienes que dar un buen servicio, tener un buen producto que le interese a alguien y que te lo compren. La esencia es la misma lo llames como lo llames. Lo fundamental es el clientes, tenerlo contento pero lo bueno es que ahora la tecnología te permite llegar a un gran número de personas a un coste menor. Pero es un medio no el fin. Al final lo importante es poder vender, la esencia de las tres es la misma.
Pero parece que el fin de una startup es crear una empresa novedosa e intentar venderla a una gran multinacional y sacar un buen beneficio.
Nosotros creemos que en el camino pasan cosas muy buenas, pero el fin es venderla. Aunque como digo, por el camino haces ganar dinero a otra gente, das trabajo a otras personas. Nosotros dejamos unos trabajos cómodos que vivíamos muy bien y tu lo dejas porque quieres ganar más dinero, haces una apuesta arriesgada de no ganar ahora para ganar más dinero en el futuro. Esa es la idea sincera de emprender.
¿Cuántos trabajadores tenéis?
Tenemos diez trabajadores.
¿Cuales son vuestros objetivos a medio plazo?
Nuestro objetivo es crecer lo antes posible, todo lo que ganamos por las reservas que hacemos lo invertimos en publicidad que genere más tráfico y vender más. Con la ronda que hemos hecho pagamos la estructura la idea es que cada vez vendas más con la estructura reducida como la tenemos ahora y además que puedas vender con mas margen, porque el volumen te permite negociar mejores márgenes con todo el mundo.
Por último, ¿qué consejos darías a una persona que estuviese madurando su idea y quisiese sacarla al mercado y lanzarse a ser empresario?
En primer lugar que lo hiciese cuanto antes. Muchas veces prueban la idea mil veces pero no la testan en el mercado perdiendo mucho tiempo que puede ser ganado por emprendedores. También que gasten lo mínimo posible para empezar a generar venta, mejor con dinero ahorrado porque la financiación en todas partes, y sobre todo en España, llega muy tarde. Que eso además es bueno porque si tienes menor financiación te administras mucho mejor. Pero lo fundamental es que tus clientes estén satisfechos y vuelvan a comprar.