El déficit de las administraciones públicas españolas debería cerrar 2015 por debajo del 4,2% del PIB. Hablamos de unos 45.000 millones de euros. Ése es el compromiso que el Gobierno de Mariano Rajoy ha cerrado con sus socios comunitarios. Sigue siendo una cifra elevada, que se sitúa por encima del 3% del Pacto de Estabilidad, un límite que no se alcanzará hasta 2016, cuando la previsión apunta a unos números rojos del 2,8%.
En lo que hace relación al equilibrio de las cuentas públicas, hay pocos datos que permitan estar tranquilos. Incluso con esta reducción del déficit y la última revisión de las cifras del PIB, el Gobierno admite que la deuda pública superará el 100% del total de la renta nacional en 2015. Es decir, los españoles deberemos más dinero del que somos capaces de generar en un año. No es que haya que pagar ese dinero de golpe, pero es una frontera significativa y no será sencillo cambiar la tendencia.
Ante este escenario, una lectura más detallada de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2015 que este martes ha presentado Cristóbal Montoro deja algunas claves interesantes. En cuanto al gasto, no hay una reducción significativa. Caen partidas sobre las que el Gobierno no tiene control (como los intereses de la deuda), algunas extraordinarias que se han ejecutado este año (como la aportación al MEDE o al Fondo de Proveedores) y las derivadas de la mejora en el ciclo económico (fundamentalmente, las prestaciones por desempleo). Lo que muestran las cuentas es que el Ejecutivo ha aprovechado este ahorro para incrementar el resto de partidas. De hecho, la mayoría de los ministerios y organismos autónomos ven incrementados sus presupuestos para el año que viene.
Pero para cuadrar las cuentas y reducir el déficit no hay que mirar sólo a los gastos. Ya hemos visto que en esta cuestión no hay demasiados cambios respecto a 2014. En realidad, el peso del ajuste el Gobierno lo sitúa en los ingresos. Incluso a pesar de que en el próximo ejercicio entrará en vigor la reforma fiscal, Montoro confía en que la mejoría en las condiciones económicas ayude a incrementar la recaudación. De esta forma, el total de ingresos no financieros del Estado subirá de 129.803 millones de euros (según el avance de liquidación de los PGE 2014) a los 133.712 millones previstos en los PGE de 2015. Son 4.000 millones de euros más. Es una cifra ambiciosa y no será sencillo alcanzarla.
El IVA, la clave
Como decimos, el Presupuesto de ingresos del Estado asciende a 133.712 millones. De esa cifra, 19.876 millones corresponden a ingresos no tributarios (por 25.034 millones en 2014) y 113.836 millones a ingresos tributarios (por 104.769 millones en 2014).
Si contabilizamos los ingresos totales (antes de las transferencias a otras administraciones), las cifras son similares. Los ingresos tributarios para 2014 está previsto que alcancen los 176.627 millones y para 2015 el cálculo es que suban hasta los 186.112 millones. Esto quiere decir que el Gobierno espera sacar 9.500 millones extra de recaudación vía impuestos.
En sí misma, esta cifra es ambiciosa, aún más cuando tenemos en cuenta que el próximo año entrará en vigor una reforma tributaria que reducirá los tipos en algunos de los principales impuestos. Las cuentas del Gobierno apuntan a un impacto de 3.366 millones en el IRPF (impacto negativo para las arcas públicas porque es dinero que dejan de pagar los contribuyentes) y de 437 millones en Sociedades. Pues bien, incluso así, el Gobierno cree que logrará ese incremento de 9.000 millones en la recaudación. ¿Cómo lo hará?
- En el IRPF, el Gobierno espera pasar de 73.415 a 72.957 millones, una reducción de 500 millones (un 0,6% menos).
- En Sociedades, la previsión es que frente a los 19.589 millones de este año, pasemos a 23.577 en 2015. Es una subida del 20% que sería difícil de explicar sólo con la mejora de la conyuntura. Hay que recordar que en este tributo, el Gobierno ha aprobado algunos recortes en los tipos a cambio de eliminar beneficios fiscales (deducciones y bonificaciones). Parece claro, por tanto, que desde Hacienda calculan que el saldo final saldrá favorable a sus intereses.
- Los impuestos especiales también deberían subir si Montoro quiere que le salgan las cuentas. Serán 850 millones, de 19.057 a 19.894, un 4,4% más que en este ejercicio.
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Pero entre los grandes impuestos, será el IVA el que más debe aportar para equilibrar los Presupuestos. En teoría no habrá cambios normativos en este tributo. Pero los PGE prevén que la recaudación suba de 56.216 millones de 2014 a los 60.260 millones del próximo año. Son 4.000 millones más, un 7,2%, una cifra que no se explica sólo por el aumento del PIB: un 2% según el cuadro macroeconómico que acompaña a los Presupuestos.
Ante este panorama, parece claro que el Gobierno lo fía todo a una importante recuperación del consumo. Es cierto que en los últimos meses la economía española ha experimentado un cambio de tendencia que también se ha reflejado en la demanda interna. También es cierto que nuestros principales socios comerciales (Francia, Italia, Alemania) dan síntomas de agotamiento.
En conjunto, Montoro cree que la salida de la recesión será suficiente para cuadrar sus cuentas. Como todos los PGE, estos no son más que una previsión, especialmente en el lado de los ingresos, que no dependen directamente del Gobierno, sino de la actividad económica. Y hay que recordar que en los últimos años ha habido desviaciones entre lo previsto y lo finalmente ejecutado.