La nueva presidenta de Banco Santander, Ana Patricia Botín, tiene por delante el reto de elevar los beneficios y consolidar la posición que ostenta la entidad en el exclusivo grupo de las diez entidades financieras más poderosas del mundo.
Según explica Emilio Ontiveros, de Analistas Financieros Internacionales, el principal reto para el banco es combinar su vocación de liderazgo internacional con el aumento de la regulación y las exigencias de capital. En su opinión, "a medio y largo plazo, la desaparición de Emilio Botín no tendrá un impacto significativo en el sistema bancario español", informa El País.
Otro de los problemas que deberá enfrentar la nueva presidenta es la posible resistencia de los fondos de inversión que controlan parte del capital de Banco Santander a su nombramiento, ya que una parte de los accionistas institucionales no ven con buenos ojos que sea ella la elegida para relevar a su padre en la presidencia.
Por otro lado, la nueva presidenta llega en un momento en que las cuentas de Santander se encuentran en clara mejoría. El grupo ganó 2.756 millones en el primer semestre de 2013, un 22% más que en el mismo periodo del año anterior, pero todavía está lejos de las mejores cifras presentadas antes de la crisis que, cuando alcanzaron los 9.000 millones anuales de ganancias, y tiene todavía una gran asignatura pendiente: la rentabilidad.
Desde el grupo financiero esperan que el ROE (retorno de capital) se vaya normalizando entre este año y el próximo, para que la maquinaria del banco esté ya a pleno rendimiento en 2016. El banco quiere que su rentabilidad sobre el capital se sitúe entre el 15% y el 18%, algo que tendrá que lograr en un entorno complicado con cada vez mayores requisitos regulatorios, según señala Expansión.
Para ello, la entidad prevé centrarse en segmentos de negocio y geografías con buenas rentabilidades y cerrar o reestructurar aquellos negocios que aporten poco al grupo. También pretende transformar comercialmente la entidad para ganar cuota de mercado, así como recortar costes mediante la implementación de su Plan de Eficiencia, con el que prevé ahorros de 1.500 millones de euros hasta 2016.
Asimismo, Banco Santander quiere que el negocio en España vuelva a aportar un tercio del beneficio durante los próximos ejercicios, al tiempo que se consolida como un gran banco en toda Europa. En este sentido, dos grandes cuentas pendientes son seguir creciendo en Alemania y sacar a bolsa Santander UK, que se ha ido retrasando durante los últimos años debido a la crisis. América Latina seguirá siendo otro de los principales focos estratégicos para la nueva presidenta, ya que esta región ha sido el gran sustento del grupo durante la crisis.
La culminación de estos y otros retos será la gran tarea que tendrá por delante Ana Patricia Botín como nueva presidenta del grupo financiero.