El recién fallecido presidente del Santander, Emilio Botín, compartió el viernes en una cena en Milán con periodistas su preocupación por Cataluña y por el auge de Podemos.
Durante la cena, le preguntaron por la transición en el banco y dejó muy claro que no pensaba jubilarse, que se veía con fuerzas para seguir al frente de la entidad. "Tengo un consejero delegado tan bueno y un equipo tan fantástico que podría desaparecer cuatro meses y no se notaría", según recogen diversos medios.
Preguntado por la situación política de España, Botín se mostró preocupado por las tensiones independentistas en Cataluña y por el auge de Podemos. Sobre Cataluña, esperaba que se llegase a algún tipo de acercamiento y se planteaba si sería conveniente que los empresarios hiciesen un pronunciamiento público sobre las ventajas de la unidad de España y la necesidad de entendimiento. Temía que el enfrentamiento por la consulta se radicalizase y que pusiera en riesgo la estabilidad del Gobierno catalán.
Para el presidente del Santander también era importante que hubiera un PSOE fuerte en España como alternativa de gobierno. Por ello, tras el fuerte ascenso electoral de Podemos en las elecciones europeas y en las encuestas, Botín temía que la división y fragmentación del voto acabasen provocando un escenario político de ingobernabilidad.