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Un socialista holandés y un "ortodoxo" finlandés mandarán en Bruselas

Miguel Arias Cañete asumirá, de pasar el filtro parlamentario, la importante cartera de Energía, pero rendirá cuentas a dos superiores

Convencido de que el Ejecutivo comunitario no deben dirigirlo un puñado de burócratas, quien lo presidirá de aquí a los próximos cinco años, Jean Claude Juncker, ha creado un equipo muy político, con muchos primeros ministros, suficiente número de mujeres (9) y un pool de siete vicepresidentes, convertidos en una suerte de núcleo duro con más poder que el resto de comisarios cuyo trabajo coordinarán, vigilarán o incluso podrán vetar.

Jean Claude Juncker habla de "revolución" en la nueva forma de gobernar Europa y ha querido escenificarlo con una Comisión muy fuerte en lo político (muchos ex primeros ministros y ex altos cargos de renombre) y potente también en lo económico (habrá dos grandes áreas que pilotarán entre el finlandés Jyrki Katainen y el letón Valdis Domvrovskis). Estos últimos serán los responsables de pilotar el equipo llamado a guiar la salida de la crisis.

En la cúpula de todos los "súper cargos", emerge el nombre del laborista Frans Timmermans, hombre fuerte de la nueva Comisión, en la que será el encargado de desenredar el laberinto burocrático. "Será más que un colaborador", avisaba Juncker nombrándolo ante la prensa su "mano derecha" y concediéndole el papel de líder de un equipo en el que, claramente, aparecen dos estamentos ("los capitanes y los jugadores", en palabras del propio equipo del presidente). En la decisión de quién coordina a quién, según explicaron fuentes comunitarias, "no han mandado las banderas, sino la experiencia de los vicepresidentes como ex primeros ministros de su país" (casi todos han ocupado ese puesto).

El ex prémier de Finlandia Katainen, tradicional vigía de la ortodoxia presupuestaria, tendrá, como mínimo, una decena de comisariados por debajo, entre ellos el del francés Pierre Moscovici (Asuntos Económicos y Fiscalidad), quien deberá rendir cuentas ante su superior antes de tomar decisiones en materia de política económica, que, además, le podrían poner en situación delicada teniendo en cuenta que su país necesita oxígeno extra para cumplir sus compromisos de reducción del déficit.

Ninguno de estos nombramientos es casual. Con este nuevo equipo, cambia un organigrama que, hasta ahora, exhibía siete vicepresidencias casi testimoniales (aunque, eso sí, mejor dotadas económicamente que el resto) y en el que ninguna voz sobresalía por encima del resto. Ahora, Juncker ha querido señalar –y, en el caso de las mujeres como la búlgara Kristalina Georgieva también premiar- a unos cuantos que supervisarán las decisiones del resto.

Dos de las grandes carteras irán destinadas al británico Jonathan Hill y a la danesa Margarethe Vestager, a cargo esta última del dossier de Competencia del que, hasta ahora, se ocupaba el español Joaquín Almunia y, en realidad, uno de los puestos más codiciados y con más poderes reales. En el caso de Hill, su designación como comisario de Servicios Financieros y llamado a alicatar la arquitectura de la Unión Bancaria, ha sido interpretado como un guiño a la City y una suerte de "borrón y cuenta nueva" tras el desafío de Cameron de intentar vetar a Juncker como presidente de la Comisión.

Cañete a examen

Miguel Arias Cañete será comisario de Energía y Acción sobre el cambio climático, una cartera de mayor relevancia de la que se había barajado en los últimos días y que ha ganado relevancia en los últimos años. Desde ella será interlocutor directo de Rusia en plena crisis del gas y se encargará de la política de emisiones CO2. Sin embargo, Cañete tendrá por encima a la exprimera ministra eslovena, la liberal Alenka Bratusek, además del vicepresidente laborista Timmermans.

Aunque reconocido por diversas fuentes comunitarias como "uno de los miembros más experimentados del nuevo equipo" que señalan su experiencia en instituciones europeas y en diversos Gobiernos, Cañete es también uno de los candidatos que más podrían sudar en el examen parlamentario. Un desafortunado comentario sobre las mujeres en plena campaña electoral, recogido por una prensa internacional que este mismo martes se refería a él en titulares como "el candidato sexista", ha ido caldeando el terreno en vísperas de un examen al que le someterá la comisión de Medio Ambiente.

En los exámenes a los que los eurodiputados someten a los candidatos, hay siempre ciertas dosis de búsqueda de trapos sucios. Los grupos políticos en la Eurocámara bucean en pasados turbios o resbalones ideológicos para aprovechar toda la enjundia de tres horas de interrogatorio a los candidatos. Al examen, que se celebrará en la semana del 28 de septiembre, Miguel Arias Cañete, como sus 26 colegas, llegará después de haber presentado su declaración de intereses económicos y de haber respondido a un formulario escrito relacionado con su ámbito de responsabilidad y cuyas respuestas prepararán el terreno para la audiencia.

Con todo, para el día en que Miguel Arias Cañete pise la comisión parlamentaria, además de sesudas respuestas escritas sobre política energética o interconexión de suministros, los diputados de dicha comisión, entre los que se encuentra la socialista Iratxe García, o el de Bildu Iosu Juaristi, tendrán sobre su mesa también la célebre entrevista de Cañete, además de información sobre sus empresas o cualquier dato que pudiera servir como artillería contra el examinado. En el Parlamento, diversas fuentes que han visto a muchos candidatos a comisarios contra las cuerdas cuentan con que habrá ruido, pero apuestan a que no lograrán tumbarlo. Ya lo intentaron con Loyola de Palacio a cuenta de unas subvenciones al lino. "Los socialistas se encargan de redactar las preguntas a los eurodiputados extranjeros para asegurarse de que acorralen al candidato", recuerda un popular, que, sin embargo, les ha visto siempre votar a favor de los comisarios españoles.Con todo, conviene recordar que los socialistas españoles ya se desmarcaron de la línea de su partido votando en contra de Juncker, para cabreo del presidente italiano del grupo parlamentario.

Mucho más reciente fue el caso del actual comisario de Salud y Protección del Consumidor, Tonio Börg, al que los socialistas trataron de negar su idoneidad para el cargo apoyándose en su postura contra el matrimonio homosexual o el divorcio, pese a ser temas ajenos a la cartera a la que aspiraba. Al que sí lograron "catear" es a Roco Buttiglione, castigado por su visión sobre el papel de la mujer en la familia y por referirse a la homosexualidad como "un pecado".

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