"Por qué van a entrar ahora. Si no entraron en los canjes es porque arriesgaron y han ganado. La incompetencia de este Gobierno no es por no haber llegado a un acuerdo con ellos antes. El error es, si los holdouts compraron los bonos a centavo de dólar, por qué el gobierno argentino no recompró su propia deuda. Los buitres fueron mucho más inteligentes que los pingüinos". De esta forma, Roberto Cachanosky, economista y periodista argentino del diario La Nación, sintetiza en pocas palabras el origen del problema que ha desembocado en el nuevo default de Argentina.
La actualidad ha llegado cargada a Buenos Aires esta semana en la ya de por sí convulsa situación económico-política del país austral. "Es un contrato entre dos partes, ¿no es cierto?", pregunta de forma retórica en referencia a la propuesta de ley impulsada por la presidenta Kirchner para cambiar de la jurisdicción americana a la argentina y evitar así bloqueos de pagos a los bonistas de 2005 y 2010 por parte del juez Griesa. "Cristina Fernández de Kirchner lo que quiere hacer es cambiar unilateralmente el contrato. En concreto, cambiar el agente de pago y la jurisdicción. Dos temas que no son menores".
En opinión del analista, "no creo que acepten el trato –los bonistas-. Primero porque para cambiar de jurisdicción se necesita que el 85% del monto total de bonos den el okey. En segundo lugar, yo intuyo que en este momento los bonos no deben de estar en manos del odontólogo de Filadelfia o el arquitecto de Kansas, sino más concentrados en torno a fondos". Como explica, estos fondos están atados a su propia legislación y normas que impiden comprar bonos fuera de la jurisdicción americana, con lo que entiende que "si ya teníamos holdouts, ahora vamos a tener muchos más", sentencia.
Cachanosky achaca el actual caos sobre el pago de la deuda a la falta de previsión del Gobierno de Kirchner por esperar a que la Corte Suprema estirase dos años más el caso, tiempo suficiente para acceder al mercado de cambio y poder financiarse. "La imposibilidad de acceder al crédito les ha llevado a patear el tablero", asegura.
La imagen económico-política de Argentina en el exterior se deteriora cada día. El órdago lanzado por Kirchner ha propiciado que el juez Thomas Griesa, encargado del litigio entre los holdouts contra Argentina, haya declarado que "Argentina está fuera de la ley" tras el cambio de jurisdicción propuesto por Kirchner. "Llevamos en default desde 2001, nunca se solucionó el problema, siempre estuvimos fuera del mercado internacional".
Escasez de reservas monetarias
Con más de diez años de Kirchnerismo a las espaldas, o la década K como se conoce acá, las instituciones del país se encuentran cada vez más politizadas. "Hace relativamente poco, descubrimos un hecho extraño a partir de las cifras aportadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Había una diferencia demasiado grande entre los datos de exportaciones en el momento en que se hacen -devengado-, con los datos del Banco Central sobre las exportaciones en el momento en que se cobran".
Tras la investigación, la conclusión a la que se llegó, después de comparar con los datos enviados a la ONU por Argentina, fue que las cifras del Indec recogían 5.000 millones de dólares menos en importaciones. "Si mienten en las exportaciones, en la tasa de inflación, en el nivel de actividad económica… Por qué no van a mentir en las reservas de dólares", se pregunta.
En este sentido, es la falta de divisas lo que más preocupa a Cachanosky. Ya hay estimaciones que reducen el volumen de divisas a 6.000 millones de dólares, en vez de los 29.000 millones que asegura el oficialismo. "Yo no sé ya si están yendo al default porque no pueden acceder al mercado internacional y tampoco tienen suficientes reservas con las que afrontar los pagos", cuestiona.
Para el economista, la solución no vendrá de manos de este Ejecutivo, ya que el país necesita "un Gobierno respetado y creíble, que se autoexija una disciplina monetaria, fiscal y que respete los derechos de propiedad privada. En ese contexto se te abren las puertas para acceder al mercado internacional, pedir un crédito a tasas bajas en el FMI y cancelar la deuda con los holdouts".
Control de precios
El proyecto para la Ley de Abastecimiento, rebautizada ahora como Relaciones de Producción y Consumo, es otro tema candente de la actualidad argentina, ya que otorga al Gobierno una capacidad casi ilimitada para fijar a su arbitrio los precios de los bienes y servicios e incluso las ganancias de las empresas, bajo amenaza de expropiación y fuertes sanciones, al más puro estilo chavista.
Contempla mecanismos gubernamentales tales como incautar, consignar y vender bienes y servicios sin juicio de expropiación; dispone sanciones por acaparamiento de materias primas, por falta de continuidad en el abastecimiento o por no producir bienes dentro de márgenes establecidos; establece márgenes de utilidad y volúmenes de producción, así como la posibilidad de incautar toda documentación comercial a cualquier empresa del país; todo ello sin necesidad de autorización judicial.
Un futuro muy incierto
"Son Gobiernos populistas con tendencia autoritaria que buscan tener más poder", expone Cachanosky. "El populismo funciona mientras tienes plata para repartir. Cuando se te acaba, como pasa ahora, tenéis que recurrir a ser cada vez más a autoritario, por eso esta ley de control de precios es cada vez más autoritaria. Otro paso va a ser acallar a las voces opositoras…".
La clave para entender los motivos que han llevado al Ejecutivo kirchnerista a esgrimir una norma que viola de forma tan flagrante la propiedad privada radica en la obsesión por atacar los efectos en vez de resolver las causas de los problemas. "Mientras el Gobierno siga financiando el déficit fiscal con emisión monetaria, no es que los precios suban, sino que el peso se desvaloriza", con lo que no sirven para nada las normas de imposición de precios como las que ya existen en Argentina.
"Esta ley va más allá y permite controlar y confiscar mercadería, lo que generará menos inversión y menos puestos de trabajo que traerán una crisis social. Es una ley absolutamente inconstitucional", sostiene.
No son pocos, ya sean medios, sectores productivos o ciudadanos de a pie, los que ven relaciones estrechas entre la modificación de ley propuesta por Kirchner y la Planificación Económica chavista. "Ni Chávez ni Cristina Kirchner inventaron nada de esto. Copiaron todos los sistemas estalinistas, nazis, fascistas, los copiaron todos y los pusieron por escrito", critica con indignación.
Cachanosky no tiene tan claro que Cristina Fernández de Kirchner llegue a acabar tan fácilmente su legislatura, que finaliza en octubre de 2015. "Veo recesión, inflación y un creciente malestar en la calle. Los sindicatos están cada vez peor, con lo que todo esto puede terminar con mucha conflictividad social". Para el entrevistado cualquier chispa política puede degenerar en un escenario poco grato para el oficialismo que les obligue a marcharse. "Creo que les va a costar llegar no a las elecciones de 2015, sino a este fin de año".