La demarcación gijonesa de Podemos está en el ojo del huracán por un polémico informe en el que afirma, sin prueba alguna, que cada habitante de la localidad asturiana aporta 47 euros anuales para sostener la programación taurina del municipio.
Esta cifra vendría suponiendo unos 2,1 millones de euros de subvención. Para ponerlo en perspectiva, dicha cantidad equivale, por ejemplo, a la taquilla íntegra de cuatro llenos en la madrileña Plaza de Las Ventas, cuyo aforo es además de 24.000 personas, frente a las 9.000 del coso de El Bibio.
El falaz argumento de Podemos queda desmontado de forma sencilla si revisamos los presupuestos municipales de Gijón, ya que en los mismos no consta partida alguna dedicada a la Feria Taurina. A esto se une el desmentido que ya ha hecho el Consistorio, de la mano del concejal Manuel Pecharromán.
De hecho, el actual pliego de concesión obliga a la empresa gestora a aportar un canon de 45.000 euros, por lo que el Ayuntamiento de Gijón no solamente no subvenciona los toros, sino que ingresa dicha cantidad por el citado concepto de explotación del coso. A esto se une el IVA devengado por las más de 40.000 entradas vendidas para el ciclo de 2014.
Los toros, generadores de riqueza en Gijón
El estímulo económico que suponen los toros para Gijón es, por tanto, plenamente privado. Hablamos de una Feria que, de acuerdo con las estimaciones del profesor universitario Juan Medina, genera 5,1 millones para el tejido productivo de la ciudad.
Esta cifra engloba el gasto directo, indirecto e inducido que genera un ciclo taurino en el que la asistencia de público depende única y exclusivamente del esfuerzo que hacen los espectadores para comprar sus entradas y abonos.