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La austeridad sí funciona: los países bálticos lideran el crecimiento de la UE

Estonia, Letonia y Lituania lideran el crecimiento y la creación de empleo en la UE tras recortar el gasto y liberalizar sus mercados.

Estonia, Letonia y Lituania lideran el crecimiento y la creación de empleo en la UE tras recortar el gasto y liberalizar sus mercados.

El estancamiento registrado por la zona euro en el segundo trimestre ha revivido, una vez más, el temido fantasma de la recesión. La caída del PIB alemán respecto al primer trimestre (-0,2%), junto con el nulo avance de Francia y la recesión técnica de Italia -las tres grandes economías europeas- han sentado como un jarro de agua fría a las previsiones de recuperación que se atisbaban en el horizonte para el conjunto de la economía comunitaria.

Sin embargo, la crisis va por barrios. A pesar de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aprovechó los datos de Eurostat -la oficina estadística de la UE- para destacar que España se sitúa, hoy por hoy, a la cabeza del crecimiento europeo, con un 0,6%, lo cierto es que son otros los países que lideran dicho indicador. En concreto, las economías bálticas. Letonia creció un 1% respecto al primer trimestre, al mayor ritmo de la UE, seguida de cerca por Lituania (0,7%) y Estonia (0,5%).

Pero el dato más relevante es la tasa interanual, ya que estas tres economías avanzaron entre un 2,5% y un 3,5% en el último año, multiplicando casi por cuatro el crecimiento medio de la zona euro (0,7) y triplicando el ritmo de la UE y de España, con un 1,2% en ambos casos. No es la primera vez que sucede. En realidad, los países bálticos se sitúan a la cabeza del crecimiento comunitario desde 2011, cuando media Europa estaba en recesión y la crisis del euro seguía en ascenso.

Este hecho no es baladí, puesto que dichas economías, especialmente Letonia y Lituania, sufrieron una crisis muy similar a la registrada en la periferia de la zona euro (Portugal, Italia, Irlanda, España, Grecia y ahora también Francia). Los países bálticos también acumularon graves desequilibrios estructurales durante la época de la burbuja crediticia, que se manifestaron en un aumento artificial e insostenible de precios inmobiliarios, elevados déficits por cuenta corriente y una fuerte pérdida de competitividad.

Austeridad y libertad económica

Sin embargo, la receta que aplicaron sus gobiernos para combatir la recesión, el paro y el déficit público que trajo consigo el estallido de la burbuja fue radicalmente distinta a la seguida por los países periféricos del sur.

Entre 2008 y 2009, el PIB de Letonia se contrajo un 20%, en Estonia un 17% y en Lituania un 14%; la tasa de paro pasó del 5 % en 2007 hasta el 18% en Estonia y Lituania y el 21 % en Letonia en el año 2010; y el déficit público se disparó por encima del 10% del PIB.

El impacto de la crisis financiera fue brutal, equiparable e incluso muy superior al sufrido en los países más débiles del euro. Pero, aún pudiendo (no estaban en el euro), se negaron a devaluar sus monedas, manteniendo así su anclaje a la moneda única, y apostaron por una intensa devaluación interna (ajuste relativo de precios y salarios) mediante la aprobación de profundas reformas estructurales tendentes a liberalizar sus respectivas economías y un drástico plan de austeridad pública, centrado en reducir de forma muy sustancial el gasto en lugar de subir impuestos.

En el sector privado, se redujeron costes y se flexibilizó aún más el mercado laboral, al tiempo que se liberalizaba con mayor ahínco el mercado de bienes y servicios, mientras que en el público, lejos de aprobar meros ajustes cosméticos, dichos gobiernos aplicaron drásticos recortes de gasto, incluyendo pensiones, plantillas y sueldos públicos, al tiempo que se aprobaron reformas estructurales.

Un resultado exitoso

Años después los resultados saltan a la vista:

- Estonia, Letonia y Lituania crecieron entre 2011 y 2013 a un ritmo anual medio del 4,7%, el más alto de toda Europa. Tanto es así que el PIB de Lituania se sitúa ya por encima del nivel alcanzado en 2007, antes de que estallara la crisis, mientras que Estonia y Lituania están también próximos a lograr dicha meta.

Crecimiento interanual del PIB

- Uno de los indicadores más significativos a este respecto es la espectacular evolución que ha experimentado el empleo. Tras registrar una tasa de paro de entre el 16% y el 20% en 2010, el desempleo ha caído con fuerza en Estonia (8,6%), Letonia (11,9%) y Lituania (11,8%) hasta el cierre de 2013, y esta positiva senda se mantiene a lo largo del presente año.

Por el contrario, en los países periféricos de la zona euro el desempleo o bien se ha mantenido más o menos estable en este período, como es el caso de Irlanda, o bien ha subido desde 2010 -véase especialmente Grecia y España-.

Tasa de paro

- Y ello, al tiempo que sus respectivos gobiernos recortaban gastos para reducir sus abultados déficits públicos. Así, Letonia y Lituania, que llegaron a acumular un agujero fiscal superior al 9% del PIB en 2009, han logrado reducir dicha brecha presupuestaria hasta el 1% y 2,2% respectivamente en 2013.

Este ajuste contrasta diametralmente con la evolución de Grecia (bajando del 15,7% al 12,7%) y España (del 11,1% al 7,1%), junto al resto de periféricos.

Déficit público

- Un ajuste que, en todo caso, se concentró en la reducción de gastos y no en la subida de impuestos, como ha pasado en el resto de países europeos. Estonia recortó su gasto público en 6,4 puntos del PIB entre 2009 y 2013, hasta situarse en el 38,3%; Letonia ha bajado 7,5 puntos, hasta el 36,1%; y Lituania más de 10 puntos, hasta el 34,4% del PIB.

Por el contrario, en Grecia y Francia el gasto público ha crecido desde 2009, situándose por encima del 57% del PIB; en Italia se ha mantenido casi intacto, superando el 50%; mientras que en España tan sólo ha caído 1,2 puntos, hasta alcanzar el 44,8% del PIB en 2013; el único país del euro que ha hecho un ajuste reseñable en esta materia, más allá de los bálticos, ha sido Irlanda, con algo más de 5 puntos porcentuales, si bien su nivel de gasto se sitúa por encima del 40% (42,9%).

Gasto público sobre PIB

Los datos son muy claros al respecto. Pese a partir de una situación de crisis muy similar, los países bálticos crecen y crean empleo de forma sólida e intensa desde hace tres años, superando así el histórico bache económico sufrido entre 2008 y 2010, mientras que los periféricos -a excepción de Irlanda, cuya situación es algo mejor- siguen en recesión o estancamiento, y sufriendo los embates del paro y el déficit.

La diferencia entre unos y otros es que los bálticos sí aplicaron la receta de la austeridad pública y la liberalización económica, mientras que el resto han apostado por subir impuestos, manteniendo casi intacta su enorme Administración Pública y su anquilosada estructura productiva. Como consecuencia, los primeros ya han salido de la crisis, los segundos no...

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