En una entrevista concedida al periódico El Mundo, la portavoz de Oxfam/Intermón afirma que "la desigualdad mundial es la enfermedad del siglo XXI, ya que la mitad de las riquezas del planeta está en manos del 1% de la población mundial, como si la riqueza fuera un pastel partido en dos y el 1% más rico se apropia de una mitad mientras la otra corresponde al 99% de los habitantes del mundo". Según Consuelo López-Zuriaga, "la desigualdad social está aumentando en todo el mundo".
¿Respaldan los datos esta visión pesimista? De acuerdo con los célebres trabajos de Xavier Sala i Martín sobre esta cuestión, no solamente no es cierto que la desigualdad social esté experimentando un gran avance a nivel mundial, sino que la tendencia apreciada desde los años 80 hasta hoy es de progresivo retroceso en las diferencias de ingresos.
El economista catalán, que debe su prestigio académico a los trabajos que ha publicado sobre estas cuestiones, ha explicado que, tanto si aplicamos el Coeficiente Gini como si calculamos el Coeficiente Atkinson, la evolución de la desigualdad global ha sido la opuesta a la que describe López-Zuriaga, con una progresiva caída desde los años 80.
Los estudios de Sala i Martín no cubren la evolución de la última década, por lo que es conveniente actualizar los datos. Este reto ha sido asumido por la Cámara de Comercio de Canadá, que ha publicado un exhaustivo análisis sobre esta cuestión, concluyendo que "incluso si no ajustamos la evolución de la desigualdad al aumento de la población, la tendencia experimentada en los últimos años es positiva".
Evidentemente, la metodología más apropiada es la que considera el boom demográfico a la hora de analizar la evolución del Coeficiente Gini. Sin embargo, la línea negra de la siguiente gráfica deja claro que, incluso sin hacer ese cálculo, la tendencia apreciada en la última década es de menos desigualdad global.
El caso de Estados Unidos es especialmente llamativo. Si acudimos al Coeficiente Gini y a otras formas de medir la desigualdad, encontramos que la desigualdad en el país norteamericano apenas ha experimentado cambios a lo largo de los últimos treinta años. A esto se unen los altos niveles de movilidad social que mantiene el país del Tío Sam, lo que desmiente la visión estática de la riqueza que expresa la portavoz de Oxfam/Intermón cuando habla de la economía como una "tarta", ignorando la naturaleza creciente y cambiante de la riqueza.
Tyler Cowen pone en perspectiva los datos
En un interesante artículo publicado por el New York Times, el economista Tyler Cowen insiste en que "los datos no muestran que la desigualdad esté aumentando a nivel global. Hay casos de países en los que sí se han dado aumentos, pero cuando nos referimos a todo el mundo, la tendencia a la baja está en continua evolución desde hace veinte años. Es importante explicar esto, quizá no se ha incidido lo suficiente en explicar esta evolución".
Cowen se apoya en los estudios de Christoph Lakner y Branko Milanovic, subrayando que "el modelo exportador que han adoptado países como China se ha traducido en una reducción drástica de la pobreza en muchas economías en vías de desarrollo. Esto ha suavizado el crecimiento del ingreso medio en Occidente, y es que estas políticas a veces aumentan la desigualdad dentro de algunos países pero, en suma, hacen del mundo un mejor lugar".
En este sentido, el autor de Average is Over subraya que "aunque los indignados mantengan que el capitalismo ha fallado y que la desigualdad está aumentando, una valoración más correcta y serena incidiría en que, si bien seguimos enfrentando muchos retos, vivimos en tiempos de crecientes oportunidades para todo el mundo, lo que supone un cambio que, en general, implica una mejora".
Además, Cowen destaca que "países como EEUU muestran que un mayor nivel de desigualdad no tiene que ir de la mano con un mayor nivel de problemas sociales, incluyendo escenarios violentos o revolucionarios". Sobre este punto, podemos citar el caso de España, donde los índices de criminalidad han caído a mínimos históricos en plena crisis.
La evolución de la pobreza
A lo largo de la entrevista, Consuelo López-Zuriaga también ofrece una visión pesimista sobre la evolución de la pobreza. Aquí también hay una importante desconexión entre las declaraciones de la portavoz de Oxfam/Intermón y los datos disponibles. De hecho, los estudios de organizaciones multilaterales como el Banco Mundial coinciden con los informes de economistas como Laurence Chandy a la hora de señalar que la tasa mundial de pobreza acumula décadas a la baja.
Como vemos en la gráfica que sigue, tanto las previsiones en las que se basa la ONU como otros estudios independientes anticipan que la tendencia positiva se mantendrá a lo largo de los próximos quince años. La única duda radica en la intensidad de esa reducción de la pobreza.
The Economist, la prestigiosa revista británica de análisis político y económico, ha analizado muchos de estos estudios, llegando a la conclusión de que el fin de la pobreza extrema es un objetivo realizable en el medio plazo.
"El mundo ha experimentado un progreso extraordinario a la hora de reducir el alcance de la extrema pobreza. De 1990 a 2010, esta tasa bajó del 43% al 21%, afectando ahora a 1 de cada 7 habitantes del Planeta. La clave para esta evolución es el crecimiento económico, como muestra el ejemplo chino", explica el semanario británico.