Apenas ocupar Ségolène Royal la cartera del Ministerio de Ecología francés el pasado abril, prometió recuperar la polémica ecotasa, impuesto destinado a cobrar a los transportistas que crucen por Francia, en aras de mejorar el Medio Ambiente. Dicho y hecho. Con ésta, será la quinta ocasión en la que Francia tratará de gravar sus carreteras a los camiones, tras el último intento del Ejecutivo socialista en octubre del pasado año.
La medida consiste en obligar a pagar 0,13 euros por kilómetro a los vehículos de más de 3,5 toneladas. El proyecto de ley será aprobado en la Asamblea Nacional el próximo mes de julio para aplicarla de forma experimental en octubre y, finalmente, entre en vigor en enero de 2015. En concreto, se gravarán más de 4.000 kilómetros de carreteras nacionales y locales, algo menos que el intento de ecotasa de 2013, que estudiaba la posibilidad sobre un firme de 15.000 kilómetros.
El sector transportista español atisba un fuerte golpe a las exportaciones españolas, "vitales en estos momentos de crisis". La medida afectará a los más de 100.000 camiones españoles autorizados a realizar trayectos internacionales y se calcula que el coste por los viajes que necesitan atravesar territorio galo pueda incrementarse hasta 200 euros por vehículo.
El secretario general de la Federación Nacional de Asociaciones de Transportes de España, Juan José Gil, en declaraciones a LM, denuncia el coste que supondrá la medida gala al sector del transporte. "El 60% de la mercancía española exportada a toda Europa se hace por carretera". Además, el experto nos señala que el carácter de este tipo de exportaciones son de "un alto valor intrínseco", con lo que cualquier encarecimiento del transporte "hace perder gran competitividad contra otros mercados".
Preguntado sobre si el espíritu de la norma ataca a los valores de libre circulación de la Unión Europea, el secretario general entiende que Francia, si quiere, puede aprobar la ecotasa, al no poder prohibir la UE que un país soberano pueda poner peajes donde quiera. Pero, en el caso de que la norma fuera discriminatoria y únicamente cobrara a los extranjeros y no a los franceses, la norma sería inviable.
Asimismo, la UE podría entender como discriminación que el dinero que pagan los transportistas franceses les fuera compensado mediante subvenciones. "En el caso de que el Ejecutivo galo revierta a los transportistas franceses lo cobrado por otras vías, sea cuales sean, será considerado discriminatorio por Bruselas".
Por su parte, el responsable de comunicación de la Federación Española de Transporte Discrecional de Mercancías, Jorge Somoza, opina en línea con la anterior federación, y califica la norma de "auténtica barbaridad". Según datos del sindicato, "los precios de las mercancías se encarecerían entre un 10% y un 15%, lo que perjudicaría gravemente nuestras exportaciones".
Además, Somoza entiende que la norma impulsada por el Gobierno de Hollande es engañosa al cobrar únicamente a los vehículos de más de 3,5 toneladas. "No se entiende que la Ecotasa sólo cobre a los camiones cuando son el parque de turismos los que más CO2 vierten a la atmosfera". Para el representante de comunicación de esta federación, "la norma es de por sí discriminatoria, o se aplica a todos por igual o bien que no se aplique", alega con rotundidad.