Con los datos de la última EPA -la Encuesta de Población Activa- abriendo todos los periódicos digitales, el presidente utilizó largo tiempo para reivindicarse ante representantes públicos de medio mundo. "Tomar decisiones difíciles en el corto plazo nadie las agradece, todo el mundo las critica", afirmó en relación a los cambios en el mercado laboral y el resto de reformas del Ejecutivo. Si bien, creado empleo por primera vez desde el inicio de la crisis y en un marco de euforia gubernamental sin disimulo, Mariano Rajoy se remitió "a los datos" para justificar su "tranquilidad de conciencia".
El escenario no podía ser más propicio para que el jefe del Ejecutivo pudiera vender las bondades de su política económica: apenas dos horas después de conocerse la última EPA y en el II Foro Internacional de Políticas Públicas de Empleo que se celebra en Madrid, siendo su telonero Guy Rider, el director general de la Organización Internacional del Trabajo.
"Tengan la absoluta certeza de que llevo muchísimo tiempo, exactamente desde que llegué a la Moncloa, esperando poder dar una noticia como esta que estoy dando aquí", afirmó ante los asistentes -muchos de ellos ministros de Empleo extranjeros-. Aunque recalcó que aún queda mucho por hacer, Rajoy se mostró en apariencia exultante. "El mercado laboral ha dado un giro de 180 grados", proclamó. "Cambio de ciclo", insistió. Y es que, a su juicio, hoy se puede decir que la relación entre actividad económica y empleo es "la mejor de la historia" de España.
En víspera de elecciones, el presidente y su equipo de asesores opinan que la economía seguirá siendo la llave maestra para mantenerse en el poder. Y esperan que el acelerón en la recuperación -que, subrayan, empieza a notarse en los datos de empleo- ayude a consolidar la tesis de que el país ha salido definitivamente de la crisis. "Nunca se había creado empleo neto con tasas bajas de crecimiento económico", destacó el propio Rajoy, que una y otra vez defendió una reforma laboral -junto a él estaba Fátima Báñez, la ministra del ramo- que cosechó el rechazo de la mayoría de la oposición, en especial del PSOE.
Aviso a sindicatos y patronal
Así, tachó de "imperativa" la reestructuración del mercado laboral y destacó que, en la actualidad, hay 262.000 parados menos que cuando el Gobierno aprobó la reforma, que a partir de septiembre podría sufrir algunos retoques. "Hemos conseguido parar la sangría", dijo Rajoy en otro momento de su intervención. Si bien, recalcó, no hay que olvidar "lo que queda por delante" porque "resta mucho por hacer".
En este sentido, puso deberes a los agentes sociales -esto es, a patronal y sindicatos- con los que se ve el próximo martes en el palacio de la Moncloa. En concreto, les "animó" a renovar el pacto social para que la recuperación de empleos sea aún mayor. "Tenemos que tener muy claro lo que pasó para que no se vuelva a repetir", en palabras del jefe del Ejecutivo, que situó como uno de los problemas la "dualidad" que todavía existe en el mercado.
Para terminar, Rajoy se refirió a esas "muchas personas con nombres y apellidos" que todavía siguen en el pozo laboral. "Un país no avanza si no lo hacen sus ciudadanos", y de ahí que hiciera un llamamiento a sumarse a "este magnífico proyecto que es España" para dejar definitivamente atrás la crisis. Y, una vez más, se reivindicó: "lo cómodo cuando se está en el Gobierno es no hacer nada o intentar dar sólo buenas noticias, pero eso es pan para hoy, si es que hay pan, y mucha hambre para mañana" y por ello se tomaron "decisiones difíciles" pero era "lo que se tenía que hacer".