Dice un conocido refrán que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. ¿A qué viene esta afirmación? Si hiciésemos un repaso de la cantidad de productos tóxicos de inversión que el hiperregulado sector financiero ha endosado a los clientes y consumidores en general, seguramente no tendríamos bastante con todas las páginas de este periódico. No obstante, es triste constatar que los españoles, sobre todo, seguimos erre que erre, tropezando no una, ni dos, sino muchas veces en la misma piedra.
Por más que nos hagan, seguimos pensando que 'papá Estado' siempre va a sacarnos las castañas del fuego. Que va a solucionar los problemas con una varita mágica. Pues va a ser que no. Y no porque lo digamos nosotros, sino porque los datos son muy claros. Si hablamos de pensiones, mal va la cosa. En cinco años vamos a estar en el ratio de sustitución de uno a uno. Esto quiere decir que España tendrá un cotizante por cada jubilado. ¿Y quién de los políticos es capaz de ponerle ese cascabel al gato?
Si hablamos de deuda externa del Estado, de nuevo se nos engaña. Gastamos como un 15% aproximadamente, más de lo que ingresamos, todo ello sin contar que debemos casi un billón de euros.
Mientras, en el paradigma de la inversión de los españoles siguen estando, en orden de importancia: la vivienda, locales y garajes, depósitos bancarios, fondos de inversión, planes de pensiones, acciones y derivados financieros. Pero se echa de menos la inversión en oro, ese viejo olvidado...
Y es que el oro, además de para hacer joyas, sirve para mucho más: para invertir en él, por ejemplo. Una posibilidad que no está vedada sólo a las grandes fortunas. Además de sus múltiples aplicaciones industriales el oro es también una inversión, siempre y cuando se haga en oro físico de inversión. Desde luego que las grandes fortunas invierten fuertes cantidades de dinero en lingotes de oro, pero no es menos verdad que poco a poco va calando en la gente común la idea de garantizar su patrimonio y el futuro de los suyos con oro, invirtiendo aunque sea poco a poco en cuotas que van desde los 30 euros en algo que, pase lo que pase, siempre va a garantizar su poder adquisitivo, es decir, que siempre significará dinero. Por otro lado, si lo que quiere es garantía en la compra y en la venta, lo más recomendable es dirigirse a una empresa que dé estas garantías por escrito.
Lo cierto es que el oro ha sobrevivido a todas las grandes crisis y dificultades del pasado. Eso es algo que muy pocos pondrían en duda. En la actualidad, su calificación como activo de inversión es triple A, es decir, se le considera como un activo de primer nivel, a la altura del dinero en efectivo pero sin el riesgo que conlleva representar la deuda de nadie. Además, su calificación no depende de ninguna agencia de rating. Así que, resumiendo: el oro es seguro, tiene una liquidez inigualable, conserva el poder adquisitivo del dinero y es un activo triple A. ¿Conoce algo mejor con lo que garantizar su patrimonio, el de los suyos y que garantice de mejor manera su retiro laboral?
Los alemanes, que suelen aprender de sus errores, invierten en oro físico el 25% de su capacidad de ahorro. Si quiere tropezar algo menos que los demás, cambie su paradigma de inversión y haga como las grandes fortunas. En el futuro, usted se lo agradecerá a sí mismo.