Venezuela, uno de los países con mayor tasa de homicidios del mundo, no puede fabricar ataúdes por la carestía de materias primas. Esta situación, digna de ser contada como colmo de los colmos, sino fuera por la dramática salud económica, política y social en la que se encuentra el país, es el resultado de una economía burocratizada, plagada de distorsiones por el control de los precios y del tipo de cambio instaurados hace más de una década.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, defiende que el chavismo no es el responsable directo de la actual pobreza, y culpa a una supuesta "guerra económica" orquestada por los opositores y respaldada por los "grandes poderes capitalistas", como causantes de la fuerte hiperinflación que sufre el país.
La mala situación económica ha originado un incremento de bandas armadas y robos provocando una espiral de violencia que causaron el pasado año, al menos, 11.000 muertes violentas. A todo ello, hay que sumarle la impunidad de los asesinos, ya que pocos llegan a ser juzgados debido al colapso del Gobierno de Maduro.
Miriam Castro, administradora de la funeraria El Paraíso, en Caracas, señaló a la agencia Reuters que "el 70% de los cuerpos que llegan a la funeraria son fruto de una muerte por violencia". Esta situación ha producido un aumento del 50% de las cremaciones para poder solucionar así la falta de ataúdes. "Anteriormente era más fluido. Si te dicen ‘te podemos cremar hoy a las 9', es muy probable que te dejen esperando dos días, porque están todos los muertos en espera", aseguró Castro.
Por su parte, las autoridades, lejos de reaccionar, echan balones fuera sobre el colapso de funerarias. En concreto, el director del Órgano Superior para la Defensa de la Economía, Herbert García Plaza, acusó a una funeraria de aplicar un sobreprecio del 619%, sin reconocer que debido a la falta de suministros de Venezuela, su población y negocios se ven obligados a comprar materiales a países vecinos, con la débil moneda venezolana. Ante tal situación, las funerarias alientan a los clientes a realizar un proceso de cremación para, así, sólo necesitar el ataúd en el velatorio.