Pocas jurisdicciones reciben tantos ataques como las Islas Caimán. Este Territorio Británico de Ultramar es a menudo denostado por políticos y analistas debido a su régimen tributario, característico de lo que en España denominamos "paraíso fiscal" y en otros países lleva la etiqueta de "refugio tributario".
¿Qué sabemos realmente de las Islas Caimán al margen de los ataques que suelen dedicarse contra este archipiélago? Para responder a esta pregunta, Libre Mercado ha accedido al testimonio de diferentes residentes de las islas que arrojan una visión muy diferente del modelo político y económico vigente en las mismas. Asimismo, este diario también ha hablado con profesores universitarios especializados en el estudio de jurisdicciones como las Caimán. Las conclusiones son reveladoras.
Lucha contra el 'lavado de dinero'
El profesor de la Universidad de Alabama, Andrew Morris, explica que "en los años 60 del siglo pasado, las Caimán tenían una economía primitiva, dedicada principalmente a la pesca. No había turismo, las infraestructuras básicas brillaban por su ausencia y el grado de prosperidad económica era reducido. Sin embargo, las autoridades se centraron desde entonces en convertir a las islas en un centro financiero internacional, basado en la estabilidad legal y fiscal. De aquel enfoque se deriva la prosperidad actual. Islas como Curaçao intentaron seguir el mismo camino, pero nunca llegaron a convertirse en un centro financiero internacional como sí son las Caimán".
Morris explica que "si bien muchas empresas y bancos operan en el país, esto no significa que el dinero se quede aquí. En realidad, las Caimán reciben dinero de todo el mundo y prestan dinero por todo el mundo. Las leyes y los marcos fiscales de muchas economías desarrolladas hacen que este proceso sea más seguro y menos costoso mediante el recurso a centros financieros como las Caimán". Así las cosas, las islas actúan como una especie de nodo que mejora la conectividad de las finanzas a nivel global.
A nivel interno, el profesor estadounidense explica que el archipiélago mantiene una regulación financiera similar a la de los países de la OCDE, "si bien no hay un seguro aplicado a los depósitos, con ánimo de evitar el riesgo moral que pueden introducir estos mecanismos". Otra diferencia regulatoria radica en las leyes contra el lavado de dinero, que según Morris "son mucho más estrictas en las Caimán que en los países desarrollados".
"Respetamos la propiedad privada"
Por su parte, el expresidente de la Autoridad Monetaria de las Islas Caimán Tim Ridley explica que hace cuatro décadas el archipiélago "apenas tenía 12.000 habitantes y la economía estaba estancada. El turismo se desarrolló lentamente, apostando por un respeto supremo a la propiedad privada que alimentó importantes inversiones inmobiliarias".
A esto se unió "una apuesta clara por los servicios financieros. Por aquel entonces, países como Panamá ya habían mostrado el camino. También las Bahamas o las Bermudas ofrecían un caso de estudio cercano e interesante. Nuestro plan de acción fue claro y, poco a poco, fue dando resultados. Aquí se respeta la propiedad privada y tenemos un sistema de justicia serio y eficaz, basado en los principios del derecho anglosajón. A esto se une la ausencia de la corrupción y la agilidad de los procesos burocráticos".
Ridley critica que se afirme que las instituciones financieras que operan en los "paraísos fiscales" guardan cientos de miles de millones de euros. "Evidentemente, el dinero que llega aquí no se queda aquí, en esta pequeña isla de 70.000 habitantes. En realidad, esos fondos viajan a otros países y financian inversiones de todo tipo. Nuestro rol es de catalizadores de esas operaciones: garantizamos la liquidez y la coordinación de las finanzas a nivel internacional".
Refiriéndose a las propuestas de establecer impuestos globales que detengan la llegada de dinero a los paraísos fiscales, Ridley subraya que estas sugerencias "vienen de planteamientos utópicos y peligrosos, según los cuales tendría sentido establecer una especie de Hacienda mundial… En realidad, los paraísos fiscales existen como consecuencia de los incentivos tributarios que se generan en otras jurisdicciones. Por ejemplo, como Estados Unidos establece la doble imposición de beneficios empresariales conseguidos en el extranjero, muchas multinacionales evitan la repatriación de ese dinero y apuestan por mantenerlo en otras jurisdicciones, como, por ejemplo, las Caimán".
Seguridad jurídica
El CEO de Cayman Finance, Gonzalo Jalles, señala que, "en gran medida, el dinero que llega a las Islas Caimán proviene de fondos de pensiones, firmas de inversión, empresas multinacionales, compañías de seguros… Recientemente, hemos gestionado un proyecto destinado a financiar el desarrollo de un hospital en Perú. Los inversores son de EEUU y Alemania, pero ninguno confía plenamente en las condiciones jurídicas del país andino. Por eso, la sociedad a través de la que se articulará este proyecto ha sido establecida en las Caimán. ¡Operando en Perú, el tipo de interés ligado a esta operación subiría más de tres puntos!".
Jalles destaca que "lo que hacen los centros financieros internacionales es proveer estructuras legales eficientes y confiables para la articulación de grandes transacciones e inversiones. Se brinda un servicio de alto nivel y se evita la imposición de impuestos altos que encarezcan excesivamente el servicio prestado".
El empresario de origen argentino critica que "siempre se dice que los paraísos fiscales están ligados a actividades ilícitas, cuando jurisdicciones como las Islas Caimán han firmado acuerdos internacionales de intercambio de información desde hace décadas. De hecho, seguimos suscribiendo tratados porque creemos en la transparencia y la legalidad. Sin duda, el lavado de dinero es mucho mayor en ciudades ubicadas dentro de la OCDE, caso de Nueva York o Miami", afirma.