La última ronda de estímulos monetarios aprobada por el Banco Central Europeo (BCE) ha levantado en Alemania una nueva oleada de indignación y duras críticas contra la política monetaria que lidera el presidente de la institución, Mario Draghi. Y ello, a pesar de que la nueva rebaja de tipos de interés, hasta el 0,15%, y la inyección extra de liquidez en el sistema contaron con el respaldo del propio banco central alemán (Bundesbank), ya que el Consejo del BCE adoptó dichas medidas "por unanimidad", según anunció Draghi.
Ante el aluvión de críticas que ha surgido en Alemania, el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, justificó este martes la decisión del BCE ante el riesgo de deflación al que se enfrenta la zona euro. "El recorte de los tipos de interés fue en respuesta a unas perspectivas de inflación insatisfactorias". Además, defendió la necesidad de que la expansión monetaria del BCE llegue a la economía real mediante la reapertura del grifo del crédito.
Pese a ello, insistió en que los gobiernos de la Unión deben perseverar en la realización de reformas estructurales, al tiempo que el BCE vigila que sus estímulos no generen nuevas burbujas -como podría ser el caso de la deuda periférica-.
Sin embargo, Weidmann, muy crítico hasta ahora con algunas de las políticas del BCE, especialmente con los programas para comprar deuda pública, se ha quedado solo en su país de origen. Son muchos, incluidos los bancos germanos, los que han acusado a Draghi de "expropiar" parte de los ahorros alemanes. Preguntado sobre esta cuestión el pasado jueves, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de gobierno del BCE, Draghi, muy serio, negó de forma taxativa este extremo, afirmando que lo que busca es impulsar el crecimiento en la zona euro.
Pero su mensaje no ha cuajado un ápice entre la elite política y económica de Alemania, y tampoco entre la prensa ni en su opinión pública. Más bien al contrario. El distanciamiento entre los alemanes y el BCE (último sostén del euro) es cada vez mayor. Quizá por ello, la canciller germana, Angela Merkel, prefirió ponerse de perfil cuando el jueves le preguntaron por las medidas de Draghi, limitándose a señalar que "el BCE toma sus decisiones de forma independiente". "Tomamos nota, sin ningún comentario", indicó.
Otros fueron mucho más explícitos:
- Ralph Brinkhaus, vicepresidente de la CDU/CSU, el partido de Merkel: "La clave para superar la crisis económica es una política de permanente reforma estructural y no una basada en bajos tipos de interés".
- Los euroescépticos de Alternativa para Alemania, que acaban de entrar en el Parlamento Europeo, rechazan abiertamente esta política monetaria, mientras los liberales del FDP, anteriores socios de Merkel en el Gobierno, ya han exigido la dimisión de Draghi.
- El presidente del prestigioso instituto de análisis económico IFO, Hans-Werner Sinn, afirma que se trata de un nuevo "intento desesperado" para redirigir los flujos de capital hacia el sur de Europa a fin de estimular sus debilitadas economías, pero no funcionará porque, primero, deben "mejorar su competitividad" mediante reformas estructurales. "Los ahorradores pagarán ahora la factura", advirtió.
- Clemens Fuest, director del Centro para la Investigación Económica Europea (ZEW) y uno de los economistas germanos más influyentes, afirma que tiene un "mal presentimiento" sobre las medidas monetarias aprobadas la semana pasada. "Estoy preocupado por el peligro que está generando el BCE con su política de dinero barato […] Tenemos todos los ingredientes de una burbuja: los precios de los bienes raíces y en los mercados de valores se elevan más y más, y la rentabilidad de los bonos está cayendo a pesar de los altos riesgos".
- Asociación Alemana de Bancos Privados: "Un tipo de interés negativo sobre los depósitos de los bancos comerciales en el BCE es poco probable que conduzca al deseado aumento del crédito".
- Asociación Alemana de Bancos Cooperativos: el BCE debilita aún más los incentivos que tienen los alemanes apara ahorrar y "pone en peligro la eficiencia de los planes de pensiones privados".
- Asociación Alemana de Cajas de Ahorro: "En vez del esperado impulso a las economías de los países afectados por la crisis, los ahorradores en toda Europa serán aún más alienados y los valores de los activos serán destruidos a través de los nuevos recortes de tipos de interés".
- Asimsimo, el execonomista jefe del BCE y exvicepresidente del Bundesbank Jürgen Stark insiste, de nuevo, en que cualquier intervención monetaria provoca graves distorsiones en el mercado y conduce a una perjudicial y contraproducente redistribución de los riesgos y la prosperidad.
La prensa alemana lanza duras críticas
Por último, la prensa germana tampoco se queda atrás en sus críticas a la laxa política del BCE. En estos últimos días, algunos de los principales periódicos del país han cargado con dureza contra Draghi.
- Der Spiegel, por ejemplo, afirmaba que esta nueva ronda de estímulos monetarios representa otro paso hacia "el fin del capitalismo".
- Die Welt iba incluso un poco más allá al comparar a Draghi con el dictador germano Otto von Bismarck, y afirmaba que "los ahorradores alemanes son las víctimas, una vez más [...] ¿Qué sucede si la política a largo plazo del BCE de dinero extremadamente barato no conduce a nada? [...] [Los ahorradores] tendrán que acostumbrarse al hecho de que el ahorro ya no es posible, lo que ha sido el caso durante varios años debido a los extremadamente bajos tipos de interés".